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Reacciones a la paralización del anteproyecto acuícola

Los bateeiros quieren eternizar la unidad actual y piden la dimisión de la conselleira

Pretenden que el movimiento suscitado contra la ley de acuicultura sea el empujón que necesitaban para tratar de lograr el frente común que históricamente ha buscado el sector

Una asamblea de bateeiros contra la Lei de Acuicultura de Galicia, en el Auditorio de Vilagarcía. // Iñaki Abella

Los bateeiros gallegos, sabedores de que su principal enemigo históricamente es la falta de unidad del sector, creen que el movimiento generado para rechazar la ley de acuicultura puede ser el empujón definitivo que necesitaban para conseguir esa mejor organización interna.

Y no solo apelan a esto aprovechando el rechazo mayoritario a dicho articulado, sino que, como ayer hizo en el Parlamento el diputado esquerdista Juan Fajardo, reclaman la dimisión de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, y de su secretario xeral, Juan Carlos Maneiro, a los que responsabilizan directamente por haber planteado este anteproyecto "tan perjudicial para nosotros" que ayer decidió paralizar temporalmente el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Fragmentado como muy pocos sectores, el mejillonero está representado por decenas de asociaciones de productores, muchas con intereses enfrentados; agrupaciones u organizaciones de bateeiros que tanto se ponen de acuerdo como se pelean en los muelles; una Mesa del Mejillón que no ha conseguido la unidad que buscaba, y a la que el propio sector menospreció en varias ocasiones; e incluso un Consello Regulador con Denominación de Origen que, precisamente a causa de las históricas disputas internas, también tiene una representatividad muy escasa.

De ahí que en los dos últimos años se produjeran diversos movimientos para tratar de formar macroorganizaciones que canalicen la ansiada unidad del sector, el mismo que cuando intentó crear una gran plataforma de distribución actuó tan mal que acabó más fragmentado aún, y además abocado a hacer frente a importantes sanciones económicas por competencia desleal.

Por eso ahora, ante los movimientos de presión ejercidos contra la ley acuícola, muchos crean que "hay que aprovechar el tirón".

Los dirigentes consultados sostienen que "es el momento de lograr la unidad que nos haga fuertes en Galicia, España y Europa", de ahí que manifiesten que "si cuando atravesamos momentos difíciles, como se ha demostrado con la tramitación de la ley de acuicultura, sabemos estar unidos y nos hacernos oír, tenemos que aprender de esto para mantener esa unidad en nuestro día a día".

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