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Areoso, un tesoro a proteger

El islote de A Illa es protagonista del último número de "Trabajos de la Prehistoria"

Mámoa 4, una de las últimas estructuras localizadas en el islote Areoso. // Iñaki Abella

El mundo de la arqueología ha puesto sus ojos en una pequeña lengua de arena que se localiza en pleno centro de la ría de Arousa. Se trata del islote Areoso, perteneciente al Concello de A Illa que, en los últimos meses, ha protagonizado varios de los más importantes foros, tanto nacionales como internacionales, de arqueología. El último de ellos ha sido la publicación de un artículo en la revista especializada "Trabajos de Prehistoria", un documento que firman varios de los arqueólogos que han trabajado en la duna para localizar los restos que todavía se conservan, tanto en el proyecto Guidoiro Dixital como en las excavaciones realizadas en la década de los 80 y las que tuvieron lugar el pasado año.

Esos trabajos han permitido catalogar más de 1.600 piezas de cerámica que han servido para identificar tres o cuatro períodos cronológicos de la prehistoria reciente, comprendidos todos ellos entre el Neolítico final hasta el fin de la Edad del Bronce. El material cerámico es calificado en el artículo como "excepcional", no tanto por su abundancia, sino por la presencia de piezas que permiten afirmar contactos y comunicación con zonas alejadas. Esos contactos tendrían vinculación con el oeste y noroeste de Francia y con el alto Duero. De hecho, se han localizado restos de un cazo, encontrado en 2014, que los investigadores sospechan que sería la primera referencia a la presencia de cerámico de tipo cogotas en Galicia y que estaría vinculada a yacimientos de la zona norte del Duero. También otros elementos cuentan con técnicas decorativas excepcionales y muy poco referenciadas en yacimientos de la misma época en Galicia, las cuales podrían haber llegado desde Francia.

El artículo no solo hace referencia a estos hallazgos, sino que profundiza en el estudio realizado por el proyecto Guidoiro Dixital, nacido de la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Durnham, el cual se centra en los problemas que generan las dinámicas litorales sobre yacimientos como Areoso. El mar ha permitido sacar a la luz muchos de los restos arqueológicos encontrados, pero también se ha convertido en el principal peligro para ellos. Un ejemplo de ello es la mámoa 5, que acabó desapareciendo en 2011 por el efecto de las mareas. La mámoa 4 fue protegida por un muro construido por Patrimonio, lo que permitió conservar la estructura, pero el mar se ha encargado de vaciar parte de su interior. En ella se localizó en 2014 un importante conchero en el que además de conchas también se encontraron espinas de pescado y cerámicas prehistóricas.

El estudio reconoce que las limitaciones financieras y de recursos humanos están impidiendo, de momento, la puesta en marcha de un estudio integral que sería "esencial" para conocer la ocupación de este espacio. La presencia de restos faunísticos, y recientemente, humanos, en distintas áreas del islote "corrobora el interés de un programa de trabajo en este sentido y la posibilidad de obtener nuevas dataciones sobre materia orgánica con nuevas excavaciones". El artículo también agradece la colaboración social con el proyecto Guidoiro Dixital, ya que fueron muchos los vecinos de A Illa que aportaron fotografías para la reconstrucción en 3D de algunos de los restos arqueológicos localizados en el islote Areoso.

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