Vientos de casi 100 kilómetros hora estuvieron cerca de provocar una tragedia en el puente de A Illa de Arousa en la mañana de ayer. Sobre las 11,30 horas, un camión de doble remolque de la empresa JJ Chicolino, que se dirigía a una de las depuradoras de A Illa cargado de envases de cartón, fue arrastrado por una ráfaga de viento que lo acabó volcando encima de las protecciones del puente y quedando muy cerca de precipitarse al mar. Lo evitaron esas protecciones y una farola, que sostuvo el segundo remolque hasta que los bomberos consiguieron retirarlo del lugar. La fuerza del viento también dificultó la circulación en varios puntos de la comarca, especialmente aquellos expuestos a la influencia del viento del sur.

El conductor del camión accidentado en A Illa, un vecino de Boiro de unos 40 años de edad que responde a las iniciales A. B. M., pudo abandonar el vehículo por su propio pie y colaboró con los servicios de emergencias en sacar la carga del camión y devolverle la posición vertical.

Los conductores que en ese momento circulaban por el puente fueron los primeros en avisar al 112, que movilizó, inicialmente, a la Policía Local de A Illa, Guardia Civil de Tráfico y a Protección civil de Vilanova, ya que el siniestro se registró en la parte del puente perteneciente a este último municipio. Ante la imposibilidad de sacar el vehículo de la zona por las fuertes ráfagas de viento que se registraban, se acabó recurriendo a los bomberos de O Salnés, que desplazaron al punto a sus dos dotaciones.

Lo primero que hicieron fue proteger al camión del viento con otro vehículo pesado que le sirviese de parapeto, procediendo a retirar la carga y a abrir todas las lonas de los remolques. Una vez estabilizado el camión y devuelto a la posición vertical, gracias a la intervención de otro camión grúa, se cortó el puente por completo para que los vehículos de bomberos acompañasen al remolque ejerciendo como parapetos del viento, llegando sin problemas al estacionamiento de O Bao.

Durante las tres horas que duraron los trabajos de los servicios de emergencias, la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local de A Illa tuvieron que regular el tráfico, llegando a realizar cortes intermitentes, lo que colapsó por completo el único acceso con el que cuenta el municipio.

De hecho, en el último tramo de la actuación, el corte fue completo durante media hora, lo que provocó una espectacular caravana de vehículos, tanto de entrada como de salida. La normalidad no regresó al puente hasta pasadas las 14,30 horas. El colapso del puente por el vuelco de un camión no fue el único incidente que dejó el viento en A Illa en la mañana de ayer. Los operarios municipales tuvieron que afanarse en la retirada de una de las luminarias de Navidad, que fue derribada por el viento en las inmediaciones de la plaza de O Campo, quedando totalmente destrozada.

En el vecino municipio de Vilanova, el viento también complicó bastante la mañana a los servicios de emergencia, que tuvieron que multiplicarse en varios momentos para atender a todas las incidencias. En este concello, la caída de unas ramas obligó a cortar una carretera interior en San Miguel de Deiro, y los efectivos de protección civil acudieron a la caída de postes del tendido telefónico y eléctrico en Currás y en San Roque do Monte, que afectaron al suministro de ambos servicios.

En Vilagarcía, los servicios de emergencia se esforzaron en la retirada de varias señales de tráfico caídas en la avenida da Marina, en la alameda y en Valle-Inclán, a lo que se sumó el derrumbe de una farola en la calle Lucena de Carril, mientras en Aralde y O Sixto se vinieron abajo . En la calle Conde Vallellano se desprendió uno de los arcos del alumbrado navideño.

La villa del albariño tampoco esquivo la fuerza del viento. En ese municipio la incidencia más grave ocurrió por la mañana, cuando la chapa de metal de un edificio se vino abajo en la calle Sevilla, dañando un vehículo que estaba estacionado en la zona, siendo retirada posteriormente por los efectivos de Protección Civil. Afortunadamente, el vehículo se encontraba vacío y no pasaba ningún transeúnte por la calle en ese momento. También en Cambados voló el plástico de un invernadero y se crearon varias balsas de agua que dificultaron la circulación.

En el mar, la situación tampoco fue fácil, por lo que muchas embarcaciones evitaron salir a faenar ante el riesgo de sufrir un contratiempo de gravedad, pese a encontrarse en una de las épocas del año en las que el marisco alcanza sus mayores precios. Un ejemplo de ello fue A Illa, donde tan solo salieron a faenar siete de las cerca de 300 embarcaciones dedicadas al marisqueo a flote. Esas embarcaciones se concentraron en el lugar conocido como A Canteira, protegidos de los fuertes vientos del sur. Si salieron las mariscadoras a pie pertenecientes a esa cofradía y los parquistas de Carril, que desafiaron a la lluvia.

En las inmediaciones del puente de A Illa también se localizaron los restos de una batea a la deriva, que acabaron varando en la playa de O Bao. En principio, todo apunta a que se trataba de un parque de cultivo que estaba amarrado para su desguace y que acabó soltándose para vagar a la deriva por gran parte de la ría de Arousa.

Sobre la hora en la que se registraron la mayor parte de los incidentes en el municipio isleño, la estación meteorológica ubicada en la zona vilanovesa de Corón registraba rachas de viento de 95,6 kilómetros por hora, mientras que en A Lanzada se registró la marca más alta en este aspecto, al alcanzar la velocidad del viento los 96,8 kilómetros por hora. Más benigna fue la fuerza de eolo en el interior de la comarca de O Salnés, ya que en Barrantes o Armenteira, las rachas más importantes no excedieron los 65 kilómetros por hora.