Los estorninos ya están aquí. Los movimientos migracionales hacen que esta especie acuda cada invierno a las comarcas de O Salnés y Caldas, entre otros puntos de Galicia. En los últimos días ya se han visto bandadas formadas por miles de individuos trazando sus acrobáticos movimientos en el cielo arousano. Pero no solo se han visto, sino que también se han escuchado, ¡y de qué manera!

Cuando se posan en sus dormideros provocan un ruido inconfundible, y para muchos insoportable, especialmente si deciden pasar la noche en núcleos habitados.

Es fácil verlos posados sobre el tendido eléctrico, en grandes antenas o en los árboles -especialmente palmeras- de los diferentes parques y jardines públicos.

De este modo, la hermosa estampa que pueden dejar mientras vuelan y forman caprichosas figuras, contrasta con los perjuicios que causan al ser humano, tanto por los ruidos aludidos como por la gran cantidad de excrementos que dejan sobre el suelo de las plazas, el mobiliario urbano, los parques infantiles y todo lo que se encuentre "a tiro".

Hace días ya se informaba en FARO de que el Concello de Caldas recurrió un año más a la empresa Larus Control para controlar lo que se considera "una plaga" y reducir la presencia del Sturnus unicolor (estornino negro) y del Sturnus Vulgaris (estornino pinto).

Y es que en el centro del municipio caldense conviven en esta época del año el ya residente estornino negro y su pariente invernal, el pinto, que llega desde el norte de Europa escapando de las gélidas temperaturas.

Lo cierto es que la acumulación de defecaciones provoca un aumento de los costes de limpieza a municipios como el de Caldas, al igual que limitan o condicionan la utilización de los espacios públicos por parte de los vecinos.

En el caso concreto de Caldas, y hay que incidir en que no es, ni mucho menos, el único municipio afectado, en las últimas semanas la empresa encargada del control de los estorninos realizó un censo con la intención de iniciar esta misma semana la "expulsión" de estos pájaros, para lo cual van a emplear, "métodos prácticamente imperceptibles" para los vecinos y, lógicamente, sin que exista maltrato animal.

No cabe duda de que los estorninos, cuando acuden de manera tan numerosa a Caldas y O Salnés, constituyen un problema, de ahí que se les considere una plaga, capaz también de acabar con diferentes cultivos de frutas, además de arrancar brotes agrícolas.

Aunque no es menos cierto que en muchos casos también se les considera una bendición llegada del cielo, puesto que se alimentan de insectos y pueden acabar con muchas de las plagas de invertebrados que amenazan a los agricultores.

Hay que tener en cuenta que el estornino pinto se alimenta tanto de invertebrados como de vegetales. "Durante la primavera y el verano domina el componente animal -los pollos son alimentados solo con invertebrados-, mientras que en otoño e invierno es un pájaro más vegetariano", explican en la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).

En el Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO) de O Grove aclaran que el estornino pinto, de 22 centímetros de longitud y hasta 42 de envergadura, alcanza en esta localidad una población máxima anual de hasta 4.000 aves, en enero. Se mueve siempre en grupos, "formando grandes dormideros en villas y ciudades".

Con el estornino negro ocurre algo parecido. "Su variada dieta incluye tanto componente animal como vegetal, de forma que en la época estival consume principalmente escarabajos, saltamontes y otros invertebrados, mientras que en otoño e invierno dominan los frutos y semillas", aclaran en SEO.

En el PIO puntualizan que tiene una envergadura de entre 38 y 42 centímetros y que su población máxima alcanza máximos de mil ejemplares en el mes de enero. Calculan que en O Grove hay entre cien y doscientas parejas reproductoras cada año. "Cría en agujeros de edificios, a menudo en colonias, y su canto consiste en notas silbantes y trinantes", concluyen.