El albariño se viste de gala en Cambados y cada vez son más bodegas las que elaboran exquisitos espumosos tanto de uva blanca como tinta. Pero a la presentación de este año se sumó un taller de enocosmética que con esta variedad de uva elabora desde jabones a cremas de tratamiento adelgazante o antiedad.
Por ello, el acto que durante la mañana de ayer se celebró en el salón José Peña reunió a la crema y nata de las bodegas de Rías Baixas.
De momento presentan pocas botellas y se limitan a vender en el mercado peninsular aunque sin posibilidad de fracaso porque la producción está distribuida con carácter anticipado.
Los espumosos amparados por la Denominación de Orixe Rías Baixas se conciben como marca, como una etiqueta, en definitiva, para mayor prestigio de las bodegas que lo elaboran.
Ayer se citaron en Cambados un total de once marcas de seis bodegas distintas para ofrecer las características de sus selectas botellas. Hay algunas más que en 2012 cuando se animaron a hacer estos vinos a través del procedimiento champanoise, pero que con la uva albariña ofrece unos resultados de sabor realmente espectaculares.
Así lo pudieron comprobar los asistentes a las jornadas que inauguró la representante de las bodegas Señorío de Rubiós, Natalia Rodríguez Álvarez que expuso las características de su espumoso blanco brut y brut nature.
A continuación, el enólogo de las bodegas Pablo Padín, Jorge Domínguez Hervella tuvo ocasión de expresar las cualidades de "Feitizo da Noite", también en brut y brut nature.
Jorde Simón Cerro, de las bodegas As Laxas, se refirió a su botella de espumoso "Sensum Laxas" y su personalísimo sabor afrutado que conserva tras el largo proceso de elaboración.
Por su parte, Bodegas Eidosela acudió a Cambados con su marca "Burbujas del Atlántico", elaborado con uva tinta pero que en copa se presenta de color rosado, así como las dos fórmulas brut anteriores, con los que trata de competir en este mercado navideño.
Cierto que se trata de un mercado todavía muy pequeño pero que tiene una enorme aceptación por parte del consumidor, como confirma Paula Fandiño, enóloga y directora técnica de Mar de Frades, quien subraya que han elaborado 24.000 botellas de brut nature con destino al mercado gallego, nacional y de Portugal, sobre todo. De todos modos admite que el buque insignia de la bodega de Meis es el vino albariño.
Cabe recordar que la experiencia con los espumosos es demasiado reciente pero se consolida gracias a la buena aceptación que tiene en el mercado, a pesar de que el precio de las botellas supera a otras marcas de brut.
Pero si la experimentación con espumosos resulta llamativa en Rías Baixas, también llamó la atención la propuesta de la empresa pontevedresa "Sivila cosmética", que dirige Rita Silva y que elabora desde jabones con uva albariña a cremas con componentes recomendados para el uso corporal.
Así Rita Silva explica que ofrece cremas adecuadas para tratamientos adelgazantes y otras que recomienda en tratamientos antiedad, anticelulíticos muy sofisticados.
La experiencia está siendo un verdadero éxito en diversas droguerías gallegas en las que se distribuye. Como ejemplo baste hablar de un jabón de manos confeccionado con esta uva, que desprende un agradable aroma afrutado.
La directora de los museos de Cambados, Rocío Acha expone que el principal mensaje que se emitió durante las jornadas sobre los espumosos de Rías Baixas es la clara apuesta de las distintas bodegas "por el mercado internacional". "De momento la producción es pequeña, pero hay buenos augurios", dice.
El denominado por los enólogos como "mosto flor", es decir, el primero que se obtiene de la uva es la base para elaborar los espumoso de cada una de las bodegas de Rías Baixas que han emprendido esta arriesgada apuesta pero que tan buen resultado está dando en los mercados nacionales y de Portugal, sobre todo.
Paula Fandiño, enóloga de Mar de Frades, reconoce que se trata de uno de los productos estrella de la casa, aunque no alcance el rango de su buque insignia que es el vino albariño.
La experta enóloga, con todo, explica que el proceso de elaboración de los espumosos se trata con el mayor de los mimos y atenciones posible pues no solo se eligen los primeros mostos de la uva, sino que se hace un seguimiento permanente de cada botella durante más de un año, antes de que salga al mercado.
Añade que además cada casa, cada bodega, tiene su secreto para dar ese buqué especial de los vinos achampanados.
Y ese "toque" se le da justo al final del proceso cuando se rellenan las botellas con el licor propio, el que elige cada bodega.
Meses antes ya se había realizado una selección del campo de uva para que esta tenga poca acidez y baja graduación alcohólica. Luego, ya en la bodega, se prensa el llamado mosto flor, es decir el mejor, y se procede a su fermentación. Ese vino fermentado se embotella y continúa su proceso durante casi diez meses. Pasado ese tiempo llega el momento del "degüelle" cuando se retira la "madre", es decir las levaduras que quedan en la superficie y se le pone el corcho a presión.
Luego quedan otros tres o cuatro meses más en reposo y pasado ese tiempo "es cuando rellenamos cada botella con el licor de la casa". Precisamente en esta elección está el secreto que jamás revelarán las bodegas.
