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Un mensaje desde la cumbre de la esperanza

La cambadesa Araceli Oubiña subirá a la cima del Kilimanjaro tras haber superado un cáncer de mama

Araceli Oubiña, poco antes de afrontar su gran reto deportivo. // Iñaki Abella

Cinco valientes mujeres de diferentes zonas de España comparten un mismo objetivo que ocupa desde hace tiempo sus mentes: viajar la próxima semana al noreste de Tanzania para alcanzar la cima del monte más alto de África.

Y la cambadesa Araceli Oubiña, logopeda de profesión y ligada desde siempre al ámbito deportivo, forma parte del grupo de expedicionarias que ascenderá los casi seis mil metros de altura del Kilimanjaro para concienciar a la sociedad y a las instituciones de la importancia de la investigación contra el cáncer de mama, una enfermedad que todas ellas han superado, y para enviar un mensaje de ánimo a quienes tienen que afrontar esa misma situación.

La propuesta llegó a oídos de Araceli Oubiña cuando apenas se empezaba a dar forma a la idea. Durante una visita a la Asociación Española contra el Cáncer el pasado mes de abril, esta cambadesa de Santo Tomé do Mar recibió la propuesta de participar en un reto ideado por el polifacético periodista Eric Frattini. Araceli había completado sus tratamientos de quimioterapia y radioterapia en enero, y aquel proyecto se convirtió en un nuevo impulso para continuar su camino hacia la recuperación.

Espíritu deportivo y luchador

"Caminaba tres horas diarias y cubrí varias rutas para reactivarme en cuanto decidí que me sumaría a esta aventura", explica Araceli Oubiña. Una meta tan alta representaba el camino hacia la recuperación y la oportunidad, como ella misma señala, de "poner fin a un ciclo". Un estímulo enorme para demostrarse a sí misma que la victoria ha sido definitiva.

El deporte, en realidad, siempre ha estado presente en la vida de Araceli. El primer conjunto femenino del Club Xuventude, creado a finales de los años 70, contaba con ella en sus filas. La joven baloncestista llegó a jugar con la selección gallega y, durante varias etapas de su carrera, dirigió al equipo de su villa de origen. La disciplina de la canasta nunca desapareció de su rutina, ya que Araceli entrena actualmente al CLB y ya se había hecho cargo del Cortegada hace cuatro temporadas.

El vínculo de esta estratega deportiva con el montañismo existe desde su etapa como estudiante en la Universidad Complutense de Madrid, cuando empezó a familiarizarse con la sierra y se planteó nuevas actividades que la introdujeron en el mundo de la media montaña. Con el paso del tiempo, Oubiña llegó a escalar más de un 3.000 en los Pirineos y, por supuesto, conoce bien Os Ancares. Sin embargo, nunca ha practicado el alpinismo a este nivel y el recorrido hacia un estado de forma propicio fue extenso y pausado.

"Al principio me encontraba más o menos al 25% y necesitaba, sobre todo, adquirir fondo aeróbico", indica Araceli. Entonces empezó el trabajo de gimnasio en compañía de monitores profesionales y en mayo subió más de mil metros con un club de montañeros en una salida que supuso un progreso más. La propia Araceli comenta que el desarrollo se asemeja a la pelea contra la enfermedad, pues "hay que ir superando etapas, mantener la calma y avanzar".

Las protagonistas del denominado Reto Pelayo Vida por la compañía de seguros que patrocina esta misión deportiva con una relevante carga simbólica mantenían el contacto a través del chat mientras descubrían al equipo completo que pronto caminará hacia una cumbre situada a 5.895 metros.

El acento gallego guiará a las aventureras hacia la meta. Otro exjugador de baloncesto, el ourensano Ismael Santos, que vistió la camiseta del Real Madrid en los años 90, se encargará de dirigir al grupo durante los ocho días de expedición africana.

La salida se producirá el 20 de septiembre y el quinteto pisará Tanzania un día después. El ansiado momento de ponerse en marcha llegará el 23 y la mayoría de jornadas durará entre cinco y siete horas, pero la dureza irá en aumento y el día 29, fecha en que se alcanzará la meta si se cumple el programa previsto, los integrantes del reto habrán cubierto 14 horas de subida en las que se enfrentarán a una notable falta de oxígeno debido a la altitud de la zona.

Ismael Santos eligió la ruta más larga para ajustar la seguridad y adaptar el plan a las condiciones de las cinco luchadoras que vivirán una experiencia única y mostrarán su compromiso con quienes se ven obligados a combatir circunstancias similares a las que se encontraron ellas.

"Nunca había realizado un viaje tan exótico", admite Araceli, que expresa en cada palabra y en cada gesto su ilusión ante un acontecimiento al que califica de"emotivo" y al que se une con la intención, simplemente, de "disfrutar y concluir todos juntos para lanzar desde allí un mensaje de esperanza".

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