La flota pesquera, marisquera y mejillonera alerta de la proliferación de plagas, y especialmente muestra preocupación por la abundancia de estrellas de mar y anémonas. En el sector creen que "el cambio climático, la temperatura de las aguas o las modificaciones en el régimen de vientos y corrientes marinas" pueden facilitar el desarrollo de esas u otras especies predadoras que afectan a los bivalvos y, en consecuencia, causan pérdidas cuantiosas. Pero también sugieren que el fondo marino está "colapsado y totalmente contaminado", por lo que creen preciso "oxigenarlo", aunque para ello sea preciso recurrir a artes o aparejos de pesca prohibidos o en desuso.

Hay ciertos útiles que ya se usan para labores de regeneración de bancos marisqueros, pero que sin embargo están prohibidos para la realización de labores extractivas. Lo que sucede es que se emplean en zonas muy concretas, y lo que se plantea es hacer una especie de "regeneración global de la ría".

En la flota se refieren a las artes de arrastre, es decir, las empleadas en aguas más profundas que las de tracción manual. Dichos aparejos, como sucede con el rastro de la vieira, se usan cada vez menos, ya que la presencia de toxina limita cada vez más las campañas extractivas. Otros, como el "endeño remolcado" o "can da ameixa", son aparejos limitados a zonas muy concretas de Galicia.

En ambos casos se caracterizan por disponer de dientes que se ocupan de rastrillar el fondo marino. "Lo que sucede es que ahora que no se emplean y se acumula todo el fango, la materia orgánica y material inservible sobre el lecho de las rías, y eso impide el normal desarrollo de especies como la almeja", alegan en el sector.

Lo que pretenden los mariscadores, y los bateeiros coinciden en ello, ya que también se sienten amenazados por los depredadores marinos, es que la Consellería do Medio Rural e do Mar autorice un uso mayor de aparejos como el "can da ameixa", que en la rÍa de Arousa era conocido como "cansito" cuando era arrastrado desde las pequeñas lanchas de los rañeiros o mariscadores de a flote.

"Al utilizar de nuevo el cansito estaremos oxigenando el fondo marino, y con ello permitiremos la recuperación de especies de interés comercial, al tiempo que acabaremos con depredadores como la estrella de mar, cada vez más abundantes", apostillan en el sector marisquero.

Las mismas fuentes aseguran que "algunos buzos han comprobado que es casi imposible poner una mano en el fondo sin tocar una estrella, y eso significa que el número de depredadores va en aumento, por eso la producción de almeja sigue en descenso".

Benito González, presidente de la Federación Gallega de Cofradías y patrón mayor de Cambados, confirmaba ayer que el "cansito" se usa de una forma muy testimonial en Galicia. "En Cambados lo usamos para regenerar algunos bancos, pero no se emplea para la extracción de producto", alega.

El cambadés reconoce que, efectivamente, es un arte "muy bueno" para regenerar el sustrato, y añade que "al no utilizarse tanto como antes el rastro de la vieira y otros útiles semejantes es evidente que cada vez el fondo está menos oxigenado".

"Estamos ante un claro problema de degradación del fondo marino -manifiestan en el sector bateeiro arousano-; antiguamente el 'cansito' que empleaban las planeadoras ayudaba a sanear el lecho de la ría, pero desde que esas y otras artes de pesca dejaron de utilizarse, la productividad va a menos". Lo que está claro, terminan, es que "el mar necesita revolverse".