Todo parece apuntar a que el futuro de Conservas Cuca se dirimirá en los tribunales, en un juicio que se celebrará el 18 de marzo. Empresa y sindicatos se reunieron ayer en Santiago en un acto de conciliación que tuvo lugar en el Consello Galego de Relacións Laborais. Después de casi dos horas, las partes abandonaron el encuentro sin acercar ni lo más mínimo sus posturas, por lo que no se llegó a ningún tipo de acuerdo.

La presidenta del comité de empresa, María José Rey, tiene depositadas sus esperanzas en el juicio que tendrá lugar en Pontevedra en menos de dos semanas. "La empresa nos sigue ofreciendo los 800 euros del traslado pero no nos propone nada nuevo, y lo que es más importante, no nos garantiza que vayamos a tener empleo durante los próximos cuatro o cinco años. Y a las de O Grove, tampoco", lamenta la portavoz de las trabajadoras de Cuca en Vilaxoán.

Las operarias no pierden la esperanza y continúan al pie del cañón, realizando guardias 24 horas en la fábrica para intentar frenar algún nuevo intento de Garavilla de trasladar la maquinaria. Del informe jurídico solicitado por la Consellería do Mar, las trabajadoras no tenían ayer novedad al respecto.

Empresa y plantilla ya mantuvieron dos actos de conciliación previos al de ayer. Los primeros tuvieron lugar en Pontevedra, y en ninguno de los dos se llegó a acuerdo alguno. Las posturas continúan igual de distantes que en un principio.

Hoy se cumplen dos meses desde la aplicación del ERE presentado por Garavilla. Actualmente 18 operarias de Vilaxoán están trabajando en la planta de Isabel, en O Grove. "No hubo más movimientos", confirma la presidenta del comité de empresa. Ella y sus compañeras regresaron ayer de Santiago en tren bastante decepcionadas con el resultado del acto de conciliación.