Según indica la empresa ourensana Coren a través de su página corporativa, los tres pilares en los que la corporación se apoya a la hora de responder a su deber hacia el respeto por el medio ambiente de hoy y del mañana son los tratamientos preventivos y de gestión de residuos, la utilización de energías renovables necesaria para realizar los procesos productivos y el cumplimiento del Protocolo de Kioto, reduciendo al máximo las emisiones de CO2.

Para ello, Coren contaba hasta hace más de año y medio con el Centro Tecnológico Medioambiental, localizado en la localidad ourensana de Sarreaus, que funcionaba los 365 días del año y 24 horas al día de forma ininterrumpida, logrando reducir los cientos de toneladas que llegaban a la planta a abono orgánico rico en nutrientes. Esta planta se abastecía de gas natural y, además, generaba energía térmica para el secado de los purines y electricidad para su venta a la red, suficiente para el uso particular de alrededor de veinte mil personas. Contaba también con una planta de depuración que convertía al Centro Tecnológico Medioambiental de Coren situado en A Limia, por esto y lo anterior, en un proyecto pionero a nivel gallego.

El Real Decreto 413/2014, de 6 de junio, instó a Coren a cerrar el Centro Tecnológico Medioambiental al recortarse la retribución a los centros de este tipo, haciendo insostenible mantener la planta de Sarreaus y provocando malestar en la propia empresa, que decidió presentar un recurso ante el Tribunal Supremo sin éxito.

Planta de biomasa

Continuando con su triple objetivo de respeto hacia el medio ambiente, Coren cuenta con una planta de biomasa en el centro de procesado avícola que permite convertir los residuos que generan sus explotaciones avícolas en una fuente de energía limpia, capaz de cubrir las necesidades de suministro energético de 5.500 viviendas. Esta planta ahorra 2,5 millones de kilos de combustible fósil y evita la emisión a la atmósfera de hasta 7.500 toneladas de CO2.