Vázquez vio tintes políticos en su proceso. Cuestionó que la querella del fiscal jefe trascendiera al confirmar que aspiraría a las primarias por la alcaldía de Ourense y acusó al exregidor de O Carballiño, Argimiro Marnotes (PP), aún en el poder cuando se judicializó su caso, de ocultar y falsear datos. En las municipales de mayo, el PSOE recuperó su antiguo feudo.

En el procedimiento judicial, el Ayuntamiento de O Carballiño sigue personado aunque sin ejercer la acusación, tal como ocurrió. El nuevo gobierno socialista sustituyó al abogado que representaba al consistorio por otro de confianza. El Concello sigue en las diligencias contra Vázquez, su sucesor en la alcaldía y otros exediles socialistas, puesto que el fiscal jefe advertía en su querella de las hipotéticas responsabilidades patrimoniales a las que tendría que hacer frente O Carballiño en caso de que se anularan los puestos. Algo que las defensas no creen posible.