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Personas, casos y cosas de ayer y de hoy

Libros gallegos heredados y dedicados

Mi biblioteca, nuestra biblioteca familiar, la de los Martinón-Torres, al igual que casi todas, la hemos formando poco a poco, con los libros que hemos heredado, los que nos han regalado y los que hemos adquirido. Los libros heredados constituyen un patrimonio único, porque gracias a ellos sabemos de las actividades y aficiones de los que nos precedieron, nos ayuda a conocerlos y los evoca aún con más fuerza que un retrato. En su interior aparecen exlibris -algunos diseñados por ellos mismos-, anotaciones complementarias, notas manuscritas y cartas, que son como una parte de su biografía. También encontramos fotos, estampas, artículos recortados y folletos que sirvieron como marcadores. Todos pertenecieron a nuestros antepasados y antiguos propietarios y reflejan las personas o los hechos de la época del libro o de su lectura. En otras ocasiones tienen dedicatorias autógrafas. Lo expresó muy bien Francisco de Quevedo en el soneto que recitaba: "Retirado en la paz de estos desiertos, / Con pocos, pero doctos libros juntos, / Vivo en conversación con los difuntos, / Y escucho con mis ojos a los muertos".

Una dedicatoria autógrafa, incluso una simple firma del autor en el libro, aportan un valor añadido. El valor viene definido, por una parte, por la importancia del escritor, ilustrador o editor y por el hecho de si es habitual o excepcional que esa persona estampe su dedicatoria o firma y, por otro lado, por la categoría del receptor; a ello se suma la relación que pudo existir entre ambos y el contenido y extensión de esa dedicatoria. En algunas circunstancias, una simple dedicatoria puede ayudarnos a conocer las afinidades o discordancias entre los que la intercambiaron, que pudo ir desde una simple y protocolaria complacencia del autor a un lector desconocido, hasta una motivación basada en lazos de profesionalidad, amistad, afecto y cariño. En dedicatorias concretas se advierten modos de pensar o datos históricos desconocidos. Si la dedicatoria está autografiada sobre una primera edición de la obra la cotización se incrementa. Existen ediciones limitadas y firmadas, cuya autenticidad está asegurada por los mismos editores. A todo ello hay que sumarle el hecho de que tener un libro dedicado es contar con la seguridad de que en un momento dado, ese ejemplar, que se guarda en nuestra biblioteca, estuvo con el autor y que su mano permaneció sobre él. Incluso en los tiempos actuales, se podría comprobar a través de su ADN. ¿Se imaginan lo que supondría poseer un ejemplar de una primera edición de un libro de don Miguel de Cervantes Saavedra, en el que el autor hubiese estampado una dedicatoria autógrafa a don Lope Félix de Vega Carpio?

Existen dedicatorias de regalo. Hacen relación a cuando un libro es motivo de obsequio y el que nos lo lega escribe un mensaje, como expresión de consejo, aprecio, amistad, amor? Algunas de ellas son tan expresivas, son tan íntimas o han sido escritas en momentos tan especiales que, en ocasiones, en lugar de abrir el libro para volver a leerlo, lo hacemos para recrearnos de nuevo en la dedicatoria. Para algunos son las inscripciones de menor valor que pueden encontrarse en un libro y, llegan a afirmar, que lo desvalorizan. No hay tal, forman parte importante de la intrahistoria de ese volumen. Asimismo otras personas firman sus propios libros, al tiempo que los fechan; son las llamadas firmas de propiedad, que pueden ser del propio autor o de diferentes propietarios anteriores, vinculados o no con el autor o con el propietario actual.

En cuanto a la temática de una biblioteca es bien sabido que puede ser general o especializada. La materia de los libros que contiene nuestra biblioteca es variada, si bien hay alguna línea preferente. Una de ellas agrupa obras sobre Galicia o de autores gallegos. Son muchos los libros dedicados que conservamos en nuestra biblioteca. En algunos de estos sueltos en Faro de Vigo me he referido a ellos. Hoy quiero hacerlo sobre otros libros de autores gallegos que ostentan, en sus primeras páginas, dedicatorias del autor. Vayan hoy unos cuantos, en concreto algunos de los heredados por mi esposa, de sus padrinos.

Mi mujer, Georgina Encarnación Torres Bescansa, recibió por herencia un buen lote de libros de la biblioteca de sus tíos, y a la vez padrinos de bautismo, Jorge Bescansa Martínez (Santiago de Compostela, 1918-2000), reconocido óptico compostelano, y su esposa Choni ( Encarnación) Millán González-Pardo (Pontevedra, 1919 -Santiago de Compostela, 1971), hija del abogado, político, periodista y colaborador de Faro de Vigo, Isidoro Millán Mariño (Pontevedra, 1890-1983). Bastantes de estos libros han sido escritos por autores gallegos y muestran dedicatorias autógrafas, de las cuales unas están dirigidas a ellos mismos y otras al padre de Jorge y abuelo de mi mujer, Ricardo Bescansa Castilla (Bueu, 1888 - Santiago de Compostela, 1965), el que fue boticario de la legendaria farmacia de la Plaza del Toural de Santiago y fundador de los Laboratorios Bescansa. Son autores de estos volúmenes con dedicatorias, entre otros, Ramón Cabanillas Enríquez, Prudencio Landín Tobío, José Luis Bugallal Marchesi, Felipe R. Cordero Carrete, Andrés Torres Queiruga y Victoriano García Martí.

Ramón Cabanillas Enríquez (Cambados. 1876 - 1959) fue uno de los poetas más destacados de la literatura gallega del siglo XX, aunque puede situársele en la transición entre el siglo XIX y el XX, como enlace entre el Rexurdimiento y la modernidad literaria gallega. Recibió en vida el apelativo de "Poeta da Raza". Su poesía muestra una temática múltiple, como la amorosa, la cívica y la religiosa. En sus comienzos se comprometió y fue la voz lírica de las Irmandades da Fala. Después compartió las tesis nacionalistas y proyecto cultural y estético de Vicente Risco. Al inicio, trabajó en el ayuntamiento de Cambados, después emigró a Cuba, volvió a su tierra natal, pasó por Madrid y Valencia, regresó de nuevo a Galicia en 1937, residió temporadas en otros lugares como Vitoria y falleció en Cambados. Fue miembro de la Real Academia Galega (1920) y de la Real Academia Española (1929). Entre otras muchas personalidades, mantuvo una profunda amistad con Isidoro Millán Mariño y con sus hijos, entre otros, el escritor, historiador, filólogo y académico de la Galega, Isidoro Millán González-Pardo, Conde de Quirós (Pontevedra, 1922 - Santiago de Compostela, 2002). De su estrecha relación es buen testimonio el epistolario Cartas de Ramón Cabanillas a Isidoro Millán (Xunta de Galicia, 2011). Así, comprobamos que en la carta que Cabanillas dirige a Isidoro Millán hijo, desde el Monasterio de Samos el 07.09.1951, escribe: "Me alegró mucho que Choni recuperase el ejemplar ( Toldaos), porque la edición fue muy pequeña, no se puso a la venta y no sé que haya ejemplares en ninguna parte". De igual modo, advertimos que en la carta que Cabanillas escribe a Isidoro hijo desde Baracaldo, el 17.05.1957, y el poeta le expresa su deseo de volver a Cambados, se queja de su vista y oído, le habla de su preocupación por los exámenes de sus nietos y, aprovecha la ocasión, para enviarle sus recuerdos a Choni y Jorge. Aunque es probable que Choni hubiese llegado a tener la totalidad de la obra de Cabanillas, a mi mujer Georgina, solo le correspondieron cuatro libros del poeta con dedicatoria autógrafa. Vento Mareiro (2ªed. Madrid: Ed. Galatea; 1921. Con portada de Castelao), asignado en 1927, cuando la receptora tiene 8 años. Reza así: "Para Choni Millán Pardo, a miña leutora mais noviña e mais bonita. Ramón Cabanillas, 2 de abril de 1927". Ese mismo año le dedicó Na noite estrelecida (Mondaríz-Balneario: Ed. Lar; 1926. Con dibujos y letras capitales de Castelao) y A rosa de cen follas. Breviario de un amor (Mondaríz-Balneario, 1927). El cuarto volumen es Antífona da Cantiga (Vigo: Ed. Galaxia; 1951), cuya dedicatoria, en 1951, asimismo extiende a su marido, con estas palabras: "Para a primeira e entusiasta leutora dos meus libriños Choni Millán e o seu compañeiro na vida Jorge Bescansa, Ramón Cabanillas". Es precisamente esta última obra con la que nació la editorial "Galaxia", que proyectaba continuar la labor cultural iniciada por "Biblioteca Gallega" y por la "Editorial Nós". Es una colección de cantigas populares gallegas, precedida de una larga y magnífica introducción del autor y rematada por comentarios filológicos del propio Isidoro Millán González-Pardo.

Prudencio Landín Tobío (Pontevedra, 1877-1955) fue escritor, periodista, abogado y político. Fundó y dirigió revistas en Pontevedra y estuvo al frente del Diario de Pontevedra. En lo político, aunque liberal, militó con distintos partidos, desde José Canalejas al Partido Agrario Español en la segunda Republica, pasando por la Unión Patriótica de Miguel Primo de Rivera. En 1925 publicó La paternidad de la casa de Troya ante los tribunales de justicia. En 1949 escribió De mi vieja tarjeta (con prólogo del marqués Raimundo Riestra y epílogo de Prudencio Rovira y Pita), uno de cuyos ejemplares, de esa primera edición, dedicó, el mismo año, al matrimonio Bescansa-Millán. Si hasta ese momento sus trabajos habían sido políticos, literarios o glosas de conocidos personajes, este libro es según su propio subtítulo: Crónicas retrospectivas de Pontevedra y su provincia, es decir una recopilación de las personas, los episodios y el ambiente de la Pontevedra vivida por el autor.

José Luis Bugallal Marchesi "Marathon" (A Coruña, 1899-1989) fue un significado escritor y periodista, con especial dedicación al ámbito deportivo. Colaboró con todos los medios locales de comunicación, sobre todo con El Ideal Gallego, pero también con ABC y la madrileña Hoja del Lunes. Con los Bescansa-Millán mantuvo una estrecha amistad, y además fueron padrinos de su hija Isabel. Como muestra de ello, Bugallal dedicó a Jorge y Choni cada uno sus trabajos. De estos, alojamos en nuestra biblioteca los que siguen: Un coruñés en el paisaje de la crítica nacional de arte: Benito Rodríguez-Filloy (1950) -discurso de su recepción pública en la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora-, El sentimiento lírico materno en la pintura de Ovidio Murguía (1951) -discurso para su recepción pública en la Real Academia Galega-, La gaita en Britania (1956) y Sofia Casanova. Un siglo de glorias y dolores (1964).

Y, a falta de espacio, concluyo hoy, con la promesa de continuarlo.

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