| Duelo. "Ciudadanos quiere en Galicia un Gobierno a la madrileña". Esta declaración de Alberto Núñez Feijóo del 10 de septiembre de 2016, en el inicio de la campaña electoral y en una abarrotada plaza de toros de Pontevedra, sigue vigente. Entonces, Ciudadanos quería entrar en la política autonómica gallega para ser la llave de la Xunta, pero los 48.103 votos que logró la candidatura de Cristina Losada (3,3% de las papeletas) fueron insuficientes para entrar en O Hórreo, y más aún para ser decisivos en San Caetano. La aplastante mayoría absoluta de Feijóo (41 escaños) dejó sin opciones a Albert Rivera, pero el líder de Ciudadanos está dispuesto a volver a intentarlo, en las elecciones municipales de 2019 y en las autonómicas de 2020. De ahí las negociaciones para el fichaje del exconselleiro de Economía Javier Guerra. Hace dos años, Feijóo se pasó la campaña advirtiendo a los votantes de derecha, descontentos con la marca PP, que "la variable Ciudadanos no suma". Ya había pasado en los comicios locales de 2015. Entonces el PP vio en el partido naranja el salvavidas que le iba a permitir retener alcaldías como la de A Coruña y Santiago. Cuando las encuestas empezaban a pintar bastos para Carlos Negreira (candidato a la reelección en la ciudad herculina) y Agustín Hernández (cabeza de cartel en la capital gallega), los populares albergaron la esperanza de que Ciudadanos fuese la muleta que les mantuviera en el poder. La formación naranja es un arma de doble filo para el PPdeG. Entra en su caladero de votos, le araña apoyos, y como mal menor, si se traducen en escaños o ediles, puede convertirse en su socio de gobierno, o en el partido que le apoya desde las filas de la oposición. Pero puede salir mal, como en las locales de 2015, y que la fuga de votos a Cs termine favoreciendo a la izquierda.
| ¿Renovación? Para su desembarco en Galicia, Rivera primero tiene que contar con un ejército con el que emprender la aventura, pero no lo tiene. De ahí sus movimientos para captar a exdirigentes y militantes del PP, que aporten experiencia. La formación naranja ya no solo va a por los votos del PPdeG también quiere atraer a parte de sus cuadros. Sorprende que un partido que ha hecho bandera de la regeneración y renovación política apueste por impulsar su proyecto en Galicia con políticos con pasado y carné de otras formaciones. El PPdeG debe marcar su territorio. Se ha criticado hasta la saciedad a Mariano Rajoy por no plantar cara a Albert Rivera, se le pide que le dé caña, pero no es el estilo del presidente del Gobierno. ¿Qué hará Feijóo?
| 4 de 8.000 millones. Si Ciudadanos quiere tener alguna oportunidad en Galicia, no debe pensar solo en caras, sino también en proyectos. Y evidenciar con gestos que esta comunidad le interesa, y sabe muy bien lo que necesita. Galicia no es solo un laboratorio de pruebas, donde engordar la bolsa de votos que puede llevar a Albert Rivera a La Moncloa. El partido naranja presentó el viernes las cuatro enmiendas, una por provincia, con las que que pretende arrancar 4 millones más de euros para Galicia en los Presupuestos del Gobierno central. Ha leído bien. No falta ningún cero. Son 4 millones. Un ejemplo, para la provincia de Pontevedra demandan la remodelación de la Avenida de Madrid. Nada más. Para Ciudadanos, es la única necesidad en materia de obras públicas que en la provincia merece ser atendida ya con cargos a las Cuentas estatales de este año. ¡Ojalá así fuese! La autovía entre Vigo y O Porriño, el AVE por Cerdedo, conectar el puerto de Vigo al Corredor ferroviario Atlántico, más fondos para la A-57 entre Pontevedra y Vilaboa, blindar el remate de las obras para que el AVE llegue de verdad a Galicia en plazo, ... deben ser temas baladí para Ciudadanos. El partido de Albert Rivera ha firmado enmiendas por un total de 8.000 millones de euros, y sólo 4 millones se reservan para Galicia.Es un 0,5% del total. A la vista de estas cifras habrá quien piense que la comunidad no es una prioridad para Ciudadanos. Quizás En Marea se pasó con enmiendas que reclaman 5.000 millones más para todo tipo de iniciativas en Galicia, o el PSdeG, con su exigencia de 600 millones más para inversión en obra pública, pero 4 millones es quedarse corto, muy corto. Galicia no lidera el ranking de las comunidades mejor comunicadas, ni de las más prósperas. ¡Ya nos gustaría! Sabemos que las enmiendas son un brindis al sol, que es la carta a las Reyes Magos, donde pides y pides, y luego a ver qué te traen, pero también son una oportunidad para que los partidos demuestren el grado de conocimiento que tienen de una comunidad y perfilen cuál sería su proyecto para Galicia. En esta ocasión, Ciudadanos ha suspendido. Debe aplicarse más.
| Los políticos. Los políticos son el tercer problema de este país, según los españoles. Así lo apuntaba el último sondeo del CIS. Y no extraña la opinión de los ciudadanos de a pie, cuando esta semana saltan noticias tan decepcionantes como la de Pablo Casado, que aprobó de golpe en 2007 la mitad de la carrera de Derecho, nada más lograr su primer escaño como diputado, cuando para superar la otra mitad había tardado siete años. ¿En este país regalan los títulos académicos por ser de un partido? O la de Pablo Iglesias e Irene Montero, que se han comprado una casa de 660.000 euros a las afueras de Madrid. La polémica no se desata porque hayan adquirido una chalé, que tienen todo el derecho del mundo, ¡faltaría más!, si no por la incoherencia del líder de Podemos, que criticó a Luis de Guindos por comprarse un ático por el mismo precio, que cuestionó a los políticos que vivían fuera de las ciudades "aislados" de la gente, o que prometía que seguiría viviendo en Vallecas aunque fuera presidente del Gobierno.
