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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las barbas

A partir del "caso Cifuentes", sería un error mayúsculo el que cometería el PPdeG si pensase que en poco o en nada afectará a su gobernanza en Galicia. Una equivocación que sería aun mayor si calculase que tampoco tendrán eco aquí los dos líos del señor Montoro -uno con su inexplicable afirmación de que en el proceso catalán no se manejaron fondos públicos, lo que excluiría a sus dirigentes de la acusación por el delito de malversación- y el inexplicado cambio de criterio en el asunto de las pensiones, cuyo aumento pasó en horas veinticuatro de las musas al teatro.

Esas dos cuestiones pueden pasarle factura simplemente porque proceden del gobierno "amigo" y repercuten en este antiguo Reino sobre dos esferas muy sensibles: la de la imagen y la del bolsillo. En la primera, porque el escándalo -que sobrepasa ya las fronteras del Estado, junto al repugnante vídeo que acompañaba la noticia- llueve sobre mojado y refuerza la idea de que el Partido Popular es hoy un patio de Monipodio en el que las distintas "familias" se tirotean por vendettas de supuestos agravios sin que nadie acierte a poner orden y depurar responsabilidades.

En la segunda, las repercusiones negativas aquí podrían producirse, aunque resulte paradójico, con la aceptación por Moncloa de la exigencia del PNV de la subida -con el IPC- de todas las pensiones. Algo que parece justo y necesario y que se apunta como éxito social el nacionalismo vasco cuando, para ser exacto, es en Euskadi donde más altas son en promedio las pensiones y, por cierto, donde el déficit de la Seguridad Social es más alto junto a Cataluña. Galicia, en cambio, está en la cola y aunque más vale eso que el 0,25%, no va a sacar de pobre a nadie.

No se trata de incordiar ni mucho menos de echar leña al fuego de la sensación de que el gobierno del señor Rajoy paga mucho mejor los favores de unos que de otros. Pero sí de insistir, con todos los respetos, en que resulta algo más que una sensación: en términos contables se puede cuantificar el trato, y más allá de los porcentajes, las ponderaciones y otras fórmulas de maquillaje, la realidad demuestra que cinco diputados del PNV y otro canario pesan más que los del PP gallego. Que podrá ser una medida equivocada, pero que es la que en la práctica se hace aquí.

Es por todo ello por lo que, aun reconociendo las grandes diferencias -más y mejor organización, alta implicación de las bases en ña cohesión territorial y un liderazgo mayor y mejor con un desgaste infinitamente menor- que con otras ventajas hay entre el PPdeG y el de España, procedería recordarle a la estructura gallega lo de que "cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Advertencia que puede parecer innecesaria por falta de motivo, pero que tal como ejecutan el oficio algunos, nadie puede descartar nada. Y como el origen concreto del "fuego amigo", y su precisión, es un enigma por ahora, el refrán es oportuno. Ítem más: debería obligar a una reflexión acerca de la proximidad, porque si nadie puede pretender una ruptura de Santiago con Madrid, sí que acaso conviniera aplicar lo de "juntos, pero no revueltos". Hay precedentes.

¿Eh...?

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