Este artículo está dedicado a los miles de españoles que con enorme dignidad llegaron a Bahía y Brasil para trabajar y vivir honestamente, dejando a las nuevas generaciones el ejemplo del esfuerzo y la unión.

Muchos aún viven, como José Rosario Rodeiro, que cumple 100 años este 13 de febrero de 2018. Nació en A Laxe, Fornelos de Montes, en Galicia. Las aldeas son la identidad profunda cuyo recuerdo aún emociona a miles de españoles que encontraron en Bahía horizontes de futuro.

"En Galicia no se pide nada. Se emigra". Así describía Castelao el espíritu de sacrificio de los gallegos. Desde finales del siglo XIX vinieron a Bahía a trabajar. Llegaban en barcos, cuyos nombres aún navegan en su memoria: el Alcántara, el Santa Cruz, el Cabo San Roque... Algunos pagaban el billete con sus primeros sueldos. Trabajaban con esa enorme fuerza que da la voluntad de superación. Impulsaron el comercio con sus almacenes, empresas de muebles y panaderías. Y el transporte con sus ómnibus. José Rosario Rodeiro acabó creando Indeba, que hoy comercializa más de 200 productos químicos en todo Brasil, y Bomix, líder nacional en el sector de embalajes plásticos, con el mayor complejo de fábricas de América Latina para producir bidones industriales.

De toda España llegaron. También debe recordarse a Mercedes Saltó Freixes, que cumplirá 98 años el 25 de febrero. Nació en Albesa, Lérida, en nuestra querida Cataluña. Vino con su marido Adolfo Tierno Nualart, trasladando toda una fábrica de cristales para fundar Luxart, de tanta calidad que acabó siendo proveedora de Itamaraty, el ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil. Su familia es ahora una nueva generación de prestigiosos médicos.

Héroes discretos que se integraron trabajando, creando empleo y derramando solidaridad. Fundaron el Hospital Español abierto a los brasileños, y, para cultivar el amor a su tierra natal, el Club Español, la Asociación Río Tea y Caballeros de Santiago.

Galicia y Cataluña son ejemplos de la enriquecedora diversidad de España, un país plural pero unido que produjo emigrantes y ahora acoge inmigrantes, entre ellos unos 55.000 brasileños, casi cuatro veces más si tenemos en cuenta aquellos a los que hemos concedido la nacionalidad española: contribuyen a nuestro desarrollo y son muy bienvenidos.

España y Brasil somos países internamente diversos y, por tanto, naturalmente llamados a entendernos gracias al mayor activo posible en las relaciones internacionales: las personas, que son los mejores vínculos comunes. En este sentido, los 10.000 españoles de Salvador de Bahía (la primera comunidad extranjera de la tercera ciudad de Brasil) son ejemplares y forman parte de una extraordinaria epopeya colectiva: la emigración.

Parafraseando a Unamuno, ellos demuestran que somos grandes en la Historia cuando nos abrimos a los cuatro vientos.