Los malos gobernantes son una mina de oro para los analistas de la ciudad y esto es lo que pasa en un concello como el de Vilagarcía que nos ocupa.
Está claro que Vilagarcía no es una ciudad para las bicicletas, simplemente por falta de carriles adecuados.
Las pocas bicicletas que vemos en la calle, utilizan las aceras o el paseo maritimo, nunca la carretera por miedo a ser atropellados, como sucedió hace unos días en la rotonda de O Ramal.
El dinero que se invirtió en el Vaibike, pudiera tener un mejor destino, como la realización de más y mejores carriles para que así tenga sentido la pretensión.
En esta ciudad se hace todo al revés, se presenta un servicio de préstamo de bicicletas sin carriles para la circulación.
Además los pocos existentes son estrechos, pues por ellos tendrán que circular tambien las bicicletas eléctricas.
Mirando hacia la isla de Cortegada, los parquistas de Carril, la escuela de vela y remo y el puerto deportivo, nos damos cuenta de que en Vilagarcía se usa más el barco que las bicicletas.
El poco prestigio que da el Vaibike resulta muy caro, aunque nuestros gobernantes no lo ven así.
