IN MEMORIAM
Me entero del fallecimiento de Julio Puente, que fuera director de FARO cuando yo ejercía como corresponsal en Marín, responsabilidad que ocupó gran parte de mi vida profesional en esta cabecera. Aquí, con 17 años, allá por el 1964, empecé a escribir cuando la carrera de Periodismo no existía y cuando tenía que redactar a mano porque no disponía de una máquina de escribir en casa. Con los años fui aprendiendo, sobre la marcha misma, como hacer el trabajo diario y como mantener la atención informativa de los lectores de mi zona geográfica. Siempre encontré apoyo y ayuda en los directores que me tocaron en suerte. De todos ellos nunca olvidaré a tres: Don Manuel Santaella que confió en aquel corresponsal imberbe cuando aún estaba FARO en Colón 30; Armesto Faginas, que era como un hermano capaz de venir a Marín para compartir un rato de charla y cambiar impresiones y, sobre todo, a Julio Puente que, cuando la mera colaboración se había convertido en periodismo local puro, con disposición de medios técnicos poco antes insospechados, siempre supo dar lección y ánimo en aras a mejorar la comunicación con el lector que, por entonces ya era un número importante, conseguido no sin esfuerzo y dedicación. Solo tengo grato recuerdo y reconocimiento para Julio Puente por su profesionalidad, su apoyo y por la humanidad que rebosaba en su persona. Descanse en paz.
TAMBO
