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Esta no es la primera sequía ni será la última

Parece, ojalá, que la sequía se va, en todo o en parte, porque por ahí vienen, dicen que desde hoy, una serie de borrascas de esas que dejan agua a porrillo. La tierra está ávida de humedad y hará falta mucha agua para que llegue a los manantiales y se vayan solucionando los problemas que, mucho me temo, van a ser cíclicos y frecuentes a partir de ahora. Sequías ha habido siempre y negar esa evidencia es no acordarse de andar con el cubo de fuente en fuente. Hoy las traídas de agua nada tienen que ver con las de otros tiempos en que había que conformarse con los manantiales propios o comunales. Pero la realidad era, año sí y año también que, llegada la segunda quincena de septiembre o el mes de octubre, el agua de los manantiales se acababa si el estío había sido seco y prolongado. En Marín se cortaba el agua en una gran parte del día para conseguir algo de presión y recuerdo un año en que una sequía como esta puso al pueblo en la calle para protestar por la falta de soluciones. De aquellas protestas nació la "Asociación de Vecinos de Marín", ya desaparecida, y de aquella presión se consiguieron soluciones que paliaron la carencia de agua. Estudios hechos (y ahora recuerdo el ingente trabajo del concejal Luciano Santiago Pardavila q.e.d.) demostraron, ya entonces, que las minas propias son insuficientes a la llegada del estío. Por eso, el problema requiere grandes soluciones y pocos "parches".

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