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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las quiebras

A estas alturas, repasadas más o menos las estadísticas ya publicadas, y dicho sin ánimo de sembrar mayor alarma social de la que ya padecen los afectados, alguien debería explicar, despacito y al detalle, qué peligro real existe, y cómo se puede evitar el daño que sin duda hará a la economía de Galicia, eso de que el comercio y las miniempresas sin personal hayan sustituido a la construcción como el sector que más quiebras declara. Pero esa explicación no debe darla un tuercebotas con ánimo de fastidiar.

Se piden explicaciones, conste, porque extraña sobremanera que nientras las autoridades económicas no paran de repetir que esto va casi de cine y revisar al alza las previsiondes de creciniento, de cuando en vez aparecen noticias, o conclusiones que lo ponen en duda siquiera desde su lado más práctico. En este caso, además, que forman parte de actividades espcialmente dinamizadoras y que, aunque no puedan denominarse stricto sensu como "locomotoras" de la anticrisis, hasta ahora no habían proporcionado disgustos especiales.

Lo que sí confirmarían esas aparentes contradicciones es que en el seno de algunos círculos de expertos y de institutos oficiales parece librarse una batalla de índole partidista entre los que lo ven todo lleno y los que opinan que hay bastante vacío. O dicho de otro modo, en la que participarían afines al gobierno contra críticos de la política económica oficial e incluso entre los observadores, muchos de los cuales aconsejan después invertir aquí o allí. Y la confusión, francamente, buena no es para los intereses generales de Galicia. Ni nucho menos.

Claro que, aún peor que eso., lo que produce el baile de datos que deberían ser medibles y por tanto inopinables, es que causa una quiebra en la confianza de los ciudadanos propios, que por una parte oyen que la crisis empieza a olvidarse pero que en sus hogares notan que eso, si es verdad, va a tardar mucho todavía en concretarse. Y si es negativo que quienes aconsejan las inversiones se equivoquen o jueguen a la política, mucho más todavía lo es que los consumidores potenciales del propio país miren de reojo cada vez que se les aconseja algo.

Algunos expertos dicen que la Economía es en el fondo una ciencia exacta y sus derivados especialmente fiables. Otros, en cambio, los creen sometidos a la bondad o errores de los mensajes con los que se transmirten sus efectos y sus previsiones, porque el conjunto depende de la confianza de los destinatarios. Y aquí, ahora, una de dos: o se publican demasiados informes y estudios contradictorios o se comunican ma y se deduce peor lo que contiene. Y eso no es economía política, sino economía partidizada. Un error funesto y un adefesio.

¿O no??

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