Al menos enternecedora resulta la imagen de los pequeñajos de O Piñeiriño en manifestación por las calles de la ciudad de Vilagarcía y solo por eso se merecen que Educación les escuche porque no piden más que una mejor educación para el día de mañana.

Cierto que los padres han sabido adecuar el paseo a su edad porque tienen entre 3 y 5 años por lo que la protesta ha resultado todo un éxito gracias a los silbatos, bubucelas y otros artilugios con los que animaron la esforzada caminata hasta la plaza de Galicia.

Se lo tomaron como un juego más, pero, craso error: no lo es. Los alumnos de este colegio han salido a la calle en las postrimerías del curso para preparar el que viene, argumento que ya tiene mérito por sí solo pues podrían estar pensando en la playa, en las excursiones al monte, en el viaje con sus padres o simplemente en divertirse con sus amiguitos.

Pero no. Han preferido reivindicar una mejor educación para el próximo año y eso pasa simplemente por defender el plantel docente que han tenido porque entienden como razonable que Educación mantenga a su profesor de apoyo cuando hay tres niños que precisan algo más de ayuda que los demás.

Resulta paradójico que los estudiantes de Vilagarcía siempre resulten los últimos en la lista de Educación y que los recortes afecten cada año a un centro, sea por el comedor escolar, por el transporte o porque se decide que sobra personal en las escuelas. Vaya, vaya....

Todos los años pasa lo mismo porque al llegar junio Educación decide pasar la tijera en alguno de sus servicios como hizo con las Unitarias, siempre bajo la espada de Damocles. Verdad es que los recursos son limitados y que las Administraciones deberían ajustarlos al máximo pero sin perjudicar siempre a los mismos, porque el curso pasado fue Carril, el anterior las pequeñas escuelas unitarias y el presente la reducción de profesores. ¿A cuál le tocará el que viene?

La Educación es un derecho fundamental y los niños se merecen un futuro digno como consagra la Constitución que se aprobó porque hace justo 40 años España comenzó una etapa de libertades y dejaba atrás un negro período que al menos debería haber enseñado que un retroceso jamás debería verse detrás del lema: "Os nenos non somos números".