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El meollo

Una compra discutida

La adquisición de un local en la calle Ferreiros por parte del Ayuntamiento para instalar varios servicios ha generado una notable controversia. El motivo de la discordia entre la corporación municipal no radica tanto en el precio del inmueble, como en su necesidad material, el acierto de la compra a ejecutar y su apremio en el tiempo.

Al concejal de Hacienda, Raimundo González, parece que le nubla un tanto la razón el "negocio redondo" de la operación: un local que Caixanova compró en su día a la promotora por 3.750.571,56 euros para instalar una residencia social que nunca tomó cuerpo luego, y que Abanca vende ahora al Ayuntamiento por una tercera parte, exactamente 1.152.000 pesetas.

Desde tal perspectiva, la opción parece impecable. Pero también están en juego otras cuestiones no menos importantes, tal y como han señalado los portavoces municipales Jacobo Moreira, Agustín Fernández y María Rey. En esta cuestión puntual, Luis Rey se ha puesto de perfil y solo piensa en la renta social como moneda de cambio al apoyo dado por Marea al BNG.

A todas esas cuestiones discutibles podría sumarse el apego cada vez mayor que el equipo de gobierno del BNG siente por Michelena 30, una reubicación provisional que lleva camino de convertirse en definitiva, con el consiguiente abandono de la maltratada Casa Consistorial. El interés del alcalde Lores por su restauración es ninguno.

Al olvido de otro edificio noble se añade esa política de dispersión de organismos oficiales y de servicios públicos que tantos perjuicios origina entre los sufridos administrados. En dicha materia, el Ayuntamiento se lleva la palma.

Bien está que Raimundo González abogue por mejorar las condiciones de trabajo de sus funcionarios. Pero aún estaría mejor que se preocupara más por resolver ese quebradero de cabeza que supone para sus administrados andar de un lado para otro a la hora de solventar muchos asuntos con el Ayuntamiento. Con un "todo en uno" sería más sencillo.

El meollo de la cuestión está en clarificar si además de una buena operación inmobiliaria, la compra del local en la calle Ferreiros resulta o no imprescindible, urgente y adecuada para los intereses de los pontevedreses, y saber de paso si el equipo de gobierno agotó o descartó las demás opciones posibles.

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