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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El futuro

Es casi seguro que la mayor parte de los lectores del informe que sobre el cambio climático ha redactado la Consellería de Medio Ambiente piensen al terminar el texto que, al fin y al cabo, "dentro de cincuenta años, todos calvos". Y es que ese es el plazo que la Xunta establece para que el futuro del país convierta lo que hoy es Galicia en otro país más que diferente del actual. Y eso, que ya es malo, podría ser peor si se piensa que casi la mitad de la actual población gallega aún tendrá pelo en medio siglo. Y eso sin contar que la media de la vida humana seguirá creciendo.

El futuro, según Medio Ambiente, pasará por un mes menos de lluvia cada año, cuatro grados más de calor como media, y un nuevo clima que transformará los bosques -si es que aún queda alguno- en eucaliptales y los viñedos probablemente darán oporto en vez de alvariño. Claro que todo esto, como la crisis demográfica, se la trae al pairo a los oficiantes del quehacer político; a todos, quede claro: unos dicen que les inquieta más otros que menos pero en su conjunto nadie mueve un solo papel que tenga soluciones posibles. Entre tanto se dedican a otras cuestiones, sin duda más "divertidas", como por ejemplo comisiones de investigación, tamaño y profundidad del aumento de impuestos y como disimularlo, etc. Es lo que el clásico llamó "la fuerza del sino", que parece inventada justo para el rincón noroeste.

Es una opinión, pero probablemente no una exageración. Desde hace demasiado, este antiguo Reino viene mirando su futuro siempre por detrás de los países de su entorno europeo. Si se trata del AVE, los proyectos duran al menos veinte años más que cualquier otro, si es la construcción naval, su reconversión hace padecer a más gente en el norte que en el sur; si es en la pesca, nos multan o nos echan de los siete mares y, en fin, del sector lácteo es mejor ni hablar: está claro que aquí esa "fuerza del sino" resulta en negativo.

Lo peor de todo es que, al revés de lo que dice la primera Ley de Murphy, no todo tendría porque empeorar: en realidad este viejo rincón peninsular tiene coraje en su población recursos en su geografía y audacia en muchos de sus referente. El problema principal está en que a lo largo de su historia, quienes deberían haber encauzado y aún encauzar todo ese valor o no lo han hecho o se quedaron a medias. Y eso es sencillamente un agravamiento de las cosas, de los problemas y de las sensaciones sociales, porque cuando se debe actuar y no se actúa como se debe todo se oscurece.

Los oráculos griegos afirmaron que el futuro no está escrito, pero que hay signos que lo hacen previsible. Por eso una de las virtudes más notables en el mundo de la res pública es la capacidad para interpretar los hechos y deducir a tiempo sus efectos. Ahora la Xunta lo ha hecho: de lo que se trata a continuación es de saber si hay aquí suficiente colaboración -lo que algunos llaman "patriotismo"- o no. Y si la respuesta es negativa más vale acogerse a lo que en última instancia hacían aquellos viejos oráculos: remitirse a los dioses.

¿Verdad?

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