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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La demografía

Pues la verdad es que, dicho con todo respeto para la iniciativa pero también desde el escepticismo, no parece que el Observatorio da Familia e da Infancia cuya creación acaba de anunciar la Xunta sirva para gran cosa. Lo publicita el Gobierno gallego como una herramienta contra el declive demográfico de este antiguo Reino, que lo sitúa a la cabeza de las regiones europeas más envejecidas y en camino de alcanzar, según la ONU, puestos aún peores a escala mundial.

O sea, que el asunto es muy grave, y las iniciativas demasiado leves. Y deben serlo aún más de lo que parecen porque ya hace bastantes años que todos coinciden en la necesidad de afrontar esa crisis; más seria que la económica, pero como el arpa de Gustavo Adolfo Bécquer, aún no ha encontrado la mano de nieve que sepa tocarla. Todo lo más, se han esbozado planes parciales que dejaron el panorama talcomo.

En este punto, y sin la menor intención de repetir los chistes fáciles que su oposición dedicó en su día a la invitación de Manuel Fraga a las familias gallegas para que tuviesen al menos tres hijos, es evidente que habrá que hacer algo más que atenerse a las leyes naturales de la procreación o sucedáneos. Se precisan programas transversales de ayuda, incentivos fiscales serios y además una situación general de Galicia que no disuada de paternidad y maternidad. O sea, dinero.

Conste que no se trata de menospreciar la creación del Observatorio: sólo de dejar claro que si no va acompañada de otras iniciativas y recursos bastantes, el resultado será como tocar el violón en un baile de carnaval. Y lo que urge, porque tempus fugit, es poner la imaginación y medios de todo tipo a la tarea. En esa línea parece estar el presidente Feijóo y así lo ofreció en su investidura, pero a diferencia de otros asuntos le faltaron datos.

No obstante, a don Alberto Núñez no se le puede negar interés por la cuestión y su gabinete llegó a redactar un anteproyecto hace un par de años -por cierto, entre la poco explicable indiferencia de su oposición entonces- y lo retomó con la iniciativa del Observatorio y sobre todo la propuesta de un pacto a la oposición para afrontar esa crisis. Pero casi nadie se explica que a su izquierda nadie haya parecido tomársela en serio.

Y no les va a quedar otro remedio que espabilar y modificar sus agendas de prioridades. Porque si es verdad que el declive demográfico definitivo no es para pasado mañana, sólo un insensato diría aquello de Tenorio cuando le advertían sobre el juicio final y los riesgos para su alma: "largo me lo fiais". Quizá cuando la oposición llegue al poder casi no quede Galicia.

¿Eh...?

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