Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sólo será un minuto

La lección de Popeye

Sonia: "Al poco tiempo de entrar en el mercado de trabajo me di cuenta de que me faltaba algo que para otras personas de ámbito laboral era fundamental, casi indispensable. Resulta que cuando la madre naturaleza decidió fabricarme se olvidó de incluir en mi paquete de aplicaciones el gen de la competitividad. Ante su ausencia pronto me vi obligada a renunciar a muchos de los privilegios que poseían el resto de mis compañeros o camaradas o colegas o rivales.

Mientras que ellos tenían siempre en mente ser los mejores, superar a los demás, alcanzar cotas que les permitiera mejorar sus estados de vida, cambiar el coche para hacerse con el más moderno y amenazador, o cambiarse a una casa más grande o simplemente viajar a los lugares más exóticos y caros del mundo para así poder luego subir a su perfil de Facebook las fotos de semejantes logos viajeros, yo me limitaba a sacar el máximo partido a mi trabajo intentando algo tan simple y poco habitual como disfrutar de mi labor. No perdía ni un minuto de mi tiempo en pensar cómo superar al resto ni trazaba ambiciosos planes para destacar y conseguir mejores resultados, para que los jefes me valorasen más y me tuvieran presente a la hora de decidir ascensos o subir escalones.

En ocasiones me asaltaron las dudas y de vez en cuando, aunque cada vez con menos frecuencia, me preguntaba si mi decisión era la correcta, si no haría mucho mejor en cubrir mis espaldas con mejores salarios y un despacho que me permitiera estar un poco más protegida contra los vaivenes del mercado. Pero ahora que ya estoy muy cerca de la jubilación y que todo me resulta bastante nítido cuando miro al pasado, he decidido que mi decisión fue la correcta y que el arrepentimiendo ya no entra dentro de mis planes.

Como decía el viejo Popeye: soy lo que soy. Y lamentarse por ello no tiene ningún sentido. Tengo los amigos justos y necesarios, un compañero que me entiende y me respeta y cuando discutimos incluso me perdona, nadie desconfía de mí porque sabe que no soy una rival, soy eficaz, respetuosa y no acuchillo por la espalda. No tengo una vida de película pero sí buenos momentos y en el espejo no habita una extraña".

Compartir el artículo

stats