Europa nos invita a que demos carta de naturaleza al Blue Growth, es decir, el azul desarrollo sostenido de los puertos. La Autoridad Portuaria viguesa se dispone a cumplimentar tal petición mediante una serie de proyectos que atañen a los problemas actuales y la apertura de nuevos horizontes.
Al asumir la titularidad del Blue Growth es menester reconocer que no parece achacable a una nefasta conjunción astral que nuestro Puerto haya visto sacudida su línea de flotación por el impacto de torpedos tan amenazantes como como la asumida pérdida de escalas de cruceros en el próximo año y el ya consumado desvío de contenedores a Marín. Seguramente las causas son más terrenas y se relacionan con problemas de gestión y con la cerril actitud de la estiba, al no alinearse en niveles competitivos.
Tampoco puede atribuirse a una favorable conjunción astral que este año nos estén visitando las ciudades flotantes más branes del mundo y que, pese a la fuga a Marín, el tráfico de con tenedores haya crecido jun 3% en los primeros cinco meses del año. También aquí las causas son más terrenas, alentadas por una gestión eficaz y por la imbatible generosidad de la Madre Naturaleza para acoger las infraestructuras portuarias,
Como tal vez resulte positivo el balance de estas dos antagónicas situaciones, se puede creer que se abre una puerta a la esperanza, pero sin ignorar que el motor de la esperanza exige que se le alimente con el combustible de la colaboración y la adecuada y eficaz gestión, manteniendo el pugilato para alcanzar nuevas metas.
Sabiendo que el timón está en buenas manos cabe confiar en alguna agradable sorpresa en el tráfico de cruceros y, seguramente, en un significativo repunte en el movimiento de contenedores. Señalemos que aunque Marersk está comprometida con Marín, ante el riesgo de perder el grueso de su clientela, sigue operando con un significativo cupo de contenedores en la terminal de Guixar. Si la estiba adquiere conciencia de estar socavando sus propios cimientos y aporta su grano de arena a las negociaciones, hay que ser optimistas sobre lo que pueda pasar cuando en 2017 termine el compromiso del gigante danés con Marin, porque el volumen de la clientela y el nivel de infraestructuras no admite comparación.
Por otra parte, la holandesa Seatrade (líder europea en transporte de perecederos) va iniciar una línea de Vigo con Rotterdam, utilizando en principio "Feeders", pequeños portacontenedores, para transbordar a los grandes buques en el carismático puerto holandés, vislumbrándose la posibilidad de que el éxito de esta iniciativa acabe otorgándonos el estatus de enlace directo entre Europa y Centroamérica.
A todo ello debe colaborar la puesta en marcha del Blue Growth, esa azul política de crecimiento sostenido que, propiciado por la Comisión Europea, pretende potenciar las actividades económicas y sociales de los puertos, Acogidos a esa política en Vigo se trabaja ya en nueve proyectos.
Concretamente, en lo que a tráfico de cruceros se refiere está en marcha un plan diseñado y elaborado por el Puerto con una amplia colaboración (usuarios, empresarios, Entidades Públicas) buscando potenciar las posibilidades turísticas de la Ría. Y también se están moviendo los hilos para ampliar la línea de atraque en lo que hoy es la escollera de Bouzas y así disponer de la mejor oferta para acoger los nuevos tráficos que generará la ampliación del Canal de Panamá, permitiendo que los buques chinos lleguen a Europa sin el rodeo de Suez.
El Blue Growth atañe a Vigo en su conjunto, porque los logros del Puerto repercuten rápidamente por osmosis sobre toda la ciudad. La frontera administrativa no es más que eso, un código de normas, a veces embarazosas, pero incapaces de romper el indisoluble matrimonio de los dos entes. Y, si puede ser, que el Blue Growth sea en tecnicolor.
