| El cuento de nunca acabar sobre la situación administrativa que arrastran las piscinas de Campolongo, con una concatenación de prórrogas irregulares como mal menor, se está convirtiendo en una auténtica pesadilla. Sin ninguna duda, estamos ante un desastre sin paliativos en la gestión pública de esta contrata fallida, cuyo incierto final todavía no alcanza a vislumbrarse por ninguna parte. Toda una patata bien caliente que el PSOE dejó en herencia al BNG, a cuenta de un gobierno bipartito donde cada uno hacía de la capa un sallo. El meollo de la cuestión está en adivinar si a fuerza de tanto recortar de acá y rebajar de allá las condiciones del futuro contrato por temor a otro estrepitoso fracaso, el Ayuntamiento no acabará por convertir la gestión de las piscinas de Campolongo en una verdadera bicoca para la empresa adjudicataria.
