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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

Medidas que no recortes

El pasado lunes, el periódico "El País" publicó una carta que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, dirigió al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En el escrito, de cuatro páginas, el señor Rajoy se comprometía a adoptar "nuevas medidas" para rebajar el déficit en la segunda mitad del año en curso una vez se haya formado un nuevo gobierno tras las elecciones del 26 de junio próximo.

En su último párrafo, el señor Rajoy reitera una vez más su compromiso personal y el de su gobierno con el cumplimiento de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y expresa su confianza en que las medidas ya tomadas contribuirán a aumentar el crecimiento económico y la creación de empleo y por tanto permitirán situar el déficit por debajo del 3% en el año 2017. Y concluye con esta frase que ha dado pie a una gran controversia política: "Además, conscientes de la necesidad de salir del procedimiento de déficit excesivo cuanto antes, en la segunda mitad del año, una vez haya un nuevo gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas, si se requieren, para cumplir ese objetivo".

Una vez conocido el texto de la carta, el resto de los partidos políticos le han afeado dos cosas. La primera, que actúe como si tuviera la certeza de que él va a ser el nuevo presidente del Gobierno tras las elecciones. Y la segunda, que se ofrezca para hacer nuevos recortes en contra de sus reiteradas promesas electorales de no hacerlos en caso de ser elegido nuevamente para acceder al cargo que ahora ocupa en funciones.

El socialista Pedro Sánchez, que está encelado con él desde que le llamó "indecente" en un debate televisado, lo acusó de "mentir sin pudor". Rivera, que pretende ser la cara amable de la nueva derecha, le reprochó que se adelante a los acontecimientos antes de saber el resultado de las elecciones. Y desde Podemos lo calificaron de "irresponsable e incoherente por decir en público lo contrario de lo que dice en privado". Críticas todas que, como es lógico, rechaza el PP, donde interpretan que el presidente del Gobierno y del partido nunca ha escrito la palabra "recortes", sino "medidas", y que incluso en el supuesto de que hubiere que adoptarlas solo se haría si eso fuere de imperiosa necesidad, un futurible que descartan porque la previsible buena marcha de la economía española las haría innecesarias.

Sean o no "recortes" las "medidas", la polémica está servida y la publicación de la carta seguramente servirá para abrir boca en una campaña electoral que se promete bronca, pese a que el público quedó un tanto saturado de impertinencias en la anterior y tan cercana en el tiempo. Ahora, solamente queda especular sobre la identidad de quién filtró la carta al periódico y con qué intenciones.

En cualquier caso, hay que observar que está escrita con la suficiente ambigüedad como para no pillarse los dedos en el supuesto de que fuese desvelado su contenido, una cautela habitual en el mundo de la política y de la diplomacia. Pase lo que pase, el nuevo Gobierno tendrá que lidiar con la amenaza de sanción por haber superado los límites del déficit marcado por la Unión Europea. No somos soberanos.

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