¿Os acordáis de aquel bar Ría de la calle García Olloqui, 3, que cerró en 2004? Sí, aquel de Manuel Fragueiro en el que su mujer, Mercedes, hacía una rica cocina tradicional desde que los abrieron en 1973 ocupando el anterior local de la heladería La Ibense. Os acordaréis de sus empanadillas, de sus calamares, de su pulpo... Allí casi nació y estuvo hasta su cierre su hijo Chicho Fragueiro, que hace unos años abrió una tienda SPAR en la calle Carral y hace unas semanas, muy cerca, inauguró con su mujer, Beti, un restaurante que es para él una continuidad de esa memoria paterna. Ahí, en esa calle Joaquín Nogueira que antes se llamó de los Caños, una calle cortada paralela a Carral, transversal a Victoria, abrió Chicho el Papo Cheo preparado para tapear en el bajo y terraza y para comer en una primera planta en la que Rosi cocina desde pescado del día a cachopo asturiano de tierra o de mar, desde empanadas a los calamares o el pulpo en varios estilos, desde su serie de hamburguesas a sus ensaladas. El espíritu de los Fragueiro actualizado.

Una picata en el Marisco

Pero nosotros, o sea un servidor, Luis Piñero y Emily Boullosa, nos fuimos ayer a hacer una picata popular al bar Marisco, ahí en la avenida de Lema y Marina caminito de FARO, convocados por Paco Tizón, que es un octogenario con mucha historia y mucha marcha aunque renquee últimamente un poco por cosa de los huesos. Igual que los platónicos llegaban a Dios por la belleza, nosotros podríamos hacerlo por nuestra ría, por la belleza de su paisaje y sus frutos. Pues a ver si no. Nosotros fuimos felices con una fuente enseñoreada por chinchos, xoubiñas, sardinillas, cariocas, rapantes, fanecas y castañetas ¿Se puede tener más riqueza de sabores en menos espacio y a precio tan asequible que hasta podemos pagarlo nosotros? Seguro que piensan lo mismo Carlos Soto o José Manuel Fernández Alvariño, expresidente de los empresarios gallegos, que estaban en la mesa de al lado acosando a unos indefensos marisquillos, por no decir José Antonio Gómez, que también estaba allí, ex de los empresarios redondelanos pero, antes que nada, Preboste Mayor de la redondelana Orden de Xan Carallás, que pronto celebra su fiesta al calor de la Coca y que ya sabéis que no era un santo como algunos creen sino un Xan que navegaba por la ensenada y acudió a los quejidos de unas muchachas cautivas en San Simón por una mala bestia. ¿Y quién no?

Y que se acerca Xan Carallás

Y ya que hablo de Xan Carallás, legendario fundador de la villa redondelana, y del Preboste Mayor de su Orden que no es Xan sino Jose y de Saxamonde de toda la vida, aprovecho para decir que estoy ojeando el libro dedicado a esta figura que escribió José Martínez Crespo hace varios años pero que no llegó a mi poder hasta ahora. Según leo la Orden se fundó en 1970 siendo su Preboste Mayor Pedro Otero Rey y secretario Amado González Cardama y hasta hoy se ha ido consolidando. Le voy a tener que presentar a Jose Antonio al Preboste Mayor de la Irmandade dos Vinhos galegos,Nemesio Barxa, para que prebosteen mayormente entre ellos.