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Joaquín Rábago.

El "yo acuso" del desvelador anónimo de los papeles de Panamá

El informante anónimo que desveló los "papeles de Panamá" ha enviado al diario alemán "Suddeutsche Zeitunt" un manifiesto en el que acusa al despacho de abogados Mossack Fonseca de haber defendido durante años a delincuentes a la vez que denuncia el fracaso de las instituciones supervisoras.

Según el informante, que utiliza el falso nombre de "John Doe", ese despacho panameño es mucho más que un simple "engranaje" en el mecanismo de la administración de patrimonios y se valió de su influencia para "dictar leyes en todo el mundo y hacer prevalecer así durante decenios los intereses de criminales".

Por más que los fundadores de ese despacho traten de convencer al mundo de que las sociedades pantalla son como "automóviles", que se pueden utilizar para la comisión de crímenes sin que tenga la culpa el concesionario, la diferencia está en que "los vendedores de coches usados no elaboran leyes", explica Doe.

Y las sociedades pantalla que ha "vendido" Mossack Fonseca estaban hechas para la estafa a lo grande: eran coches muy especiales", escribe con ironía el informante.

Aun cuando esas sociedades no sean "por definición ilegales, sirven para cometer toda una amplia gama de delitos, que son mucho más graves que la evasión fiscal".

Y agrega: "Me decidí a someter a Mossack Fonseca al juicio de la opinión pública mundial porque, en mi opinión, hay que pedirles cuentas a los fundadores de ese despacho, sus empleados y clientes".

"Hasta ahora, sólo se conoce una mínima parte de las sucias maquinaciones de Mossack Fonseca y tal vez pasen años e incluso decenios hasta que salga todo a la luz".

John Doe asegura no trabajar para ningún gobierno o servicio secreto y haber obedecido sólo a su propia conciencia al entregar los documentos al diario muniqués y al consorcio internacional de periodistas de investigación.

Hasta ahora, agrega, los medios sólo se han fijado en lo que es legal y está "escandalosamente permitido" por el sistema, y "es verdad que es un escándalo y hay que cambiarlo, pero "conviene no perder de vista otro punto importante: el bufete, sus fundadores y sus empleados han violado deliberadamente numerosas leyes y lo han hecho en todo el mundo y de forma repetida".

"Hacen ahora como si no se hubiesen enterado de nada, pero los documentos muestran que estaban perfectamente informados y que violaron intencionadamente las leyes. Por ejemplo, está demostrado que Jürgen Mossack juró en falso ante un tribunal federal de Nevada" y que sus técnicos "intentaron hacer desaparecer algunas pruebas".

Los papeles de Panamá podrían dar lugar a "miles de demandas" si llegan a manos de las fiscalías y aunque el comité internacional de periodistas de investigación y los medios que los han publicado "se han manifestado con toda razón en contra de entregarlos (a la justicia), yo mismo estoy dispuesto a colaborar con las autoridades en la medida de mis posibilidades", asegura Doe.

Al mismo tiempo, reconoce su preocupación "por lo ocurrido en Estados Unidos y en Europa con otros alertadores y activistas", Edward Snowden, o Antoine Delfour, el denunciante del trato fiscal especial concedido por Luxemburgo a las multinacionales, a quienes se les "ha destrozado la vida" sólo por denunciar "actividades delictivas".

Quienes "hacen lo que deben al denunciar la comisión de delitos, da igual que lo hagan desde dentro o desde fuera (de la empresa o el organismo afectados), tienen derecho a la inmunidad frente a las leyes".

"Por eso, continúa Doe, apelo a la Comisión Europea, al Parlamento británico, al Congreso de Estados Unidos y a todas los países que actúen sin demora no sólo para proteger a los informantes, sino también para poner fin al abuso en todo el mundo de los registros de sociedades".

Gran Bretaña debe "dar un paso al frente y acabar con el secreto bancario en sus territorios de ultramar, que constituyen sin lugar a duda una columna de la corrupción organizada a escala mundial. Y EE UU debe examinar los datos de las firmas registradas en sus Estados federados".

En Gran Bretaña, "los tories intentaron descaradamente ocultar las maquinaciones de las firmas off-shore mientras que la directora de la autoridad fiscalizadora del ministerio de Justicia de EEUU dejó su puesto para fichar por el banco HSBC, uno de los institutos más cuestionables del mundo, que no por casualidad tiene su sede central en Londres".

En su manifiesto, Doe critica a bancos, organismos supervisores y autoridades fiscales de todo el mundo de haberles fallado a los ciudadanos al tomar medidas que favorecieron a los ricos mientras perjudicaban a quienes menos ganan.

Culpa a los jueces de haberse plegado muchas veces a los argumentos de los ricos y sus abogados, pero también a los medios de comunicación, y se lamenta de que "se haya convertido en moda últimamente entre los multimillonarios comprar periódicos e impedir así que se publiquen investigaciones serias sobre los ricos y superricos".

"La triste verdad es que muchas de las organizaciones periodísticas más destacadas y capaces del mundo no han estado interesadas en informar de esta historia. Incluso Wikileaks no reaccionó siquiera", se queja Doe.

Si el que se conozcan asuntos como los revelados por los papeles de Panamá depende de que un informante decida dar ese paso, ello significa, agrega, que "los mecanismos de control de nuestras democracias han fallado" y que lo que es "un colapso del sistema" podría llevar a otros de terribles consecuencias.

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