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Inmigración y demografía

Es un hecho muy conocido, pero del que cada vez se habla más. Me refiero a la pirámide poblacional gallega, en la que se verifica que de forma alarmante que el envejecimiento de la población nos lleva inexorablemente a problemas económicos y sociales de tal envergadura que deberán ser abordados decidida, valiente y sobre todo pronto.

Las piezas del puzle son muchas y por tanto la solución debe reunir una clara visión estratégica del conjunto para poder llegar a desarrollar políticas que tengan sentido práctico y visibles con las que los responsables puedan mostrar su atino en la gestión. Una pieza importante es el envejecimiento de la población que nos lleva a ver que la capacidad productiva se vea reducida afectando a nuestro necesario crecimiento. Por otro lado la escasa restitución de la población, con tasas insuficientes de nacimientos frente a fallecimientos, nos lleva a no solamente envejecer, sino simplemente a no tener población. El paro nos atenaza e impide ser decididos a la hora de adoptar decisiones respecto a la población ya que la sociedad no reacciona bien, ante el reparto del ya escaso volumen de ocupación laboral, agravado por nuevas situaciones como la reformulación de la relación laboral, los procesos de mejora de la productividad y por tanto la reducción del trabajo, sin hablar que nuestro sistema de pensiones se financia con la población que trabaja. Menos trabajadores, más pensionistas y menos pensiones.

Por otra parte estamos asistiendo a un drama poblacional pero sobre todo humano de forma inerte y ausente de capacidad de asombro, como son las corrientes migratorias que han acompañado al ser humano en su evolución, pero que ahora la vemos presente de forma inmediata e impactante. Sin ser la última desgraciadamente, la migración de los sirios huyendo de la guerra nos ha cogido a todos sin saber cómo reaccionar, sin tener claros nuestros valores éticos para poder dar respuesta a tanta necesidad.

Decía soluciones valientes, pues efectivamente creo que ante la despoblación evidente de nuestro medio rural, deberíamos aprovechar la amenaza del movimiento migratorio, como una gran oportunidad para restituir población en aquellos lugares más carentes y así creceremos económicamente, habrá más población activa y podremos financiar mejor las pensiones.

*Economista

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