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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Programaciones huecas en grandes salas

Es fin de semana de invierno, llueve y hace un frío que penetra en los huesos. Un buen libro, una película, un recital de música en un confortable hogar puede ser un buen plan pero seguro que insatisfactorio. No dejan de ser actividades que siempre están a mano y a las que se puede recurrir en cualquier momento del año. Y es que nunca tantas casas de cultura, tantos auditorios, tantas salas de arte y cines hay en la comarca como en estos momentos. El problema es que no tienen contenido. Están huecos.

Faltan iniciativas culturales que atrapen el interés del ciudadano: obras de teatro de grandes compañías, estrenos de cine, conferencias de personalidades de prestigio, conciertos de los mejores músicos del panorama gallego, español o internacional, muestras de pintura, de escultura, de artesanía. En suma, propuestas que animen a la población a disfrutar de la obra de los mejores del arte, en el más amplio sentido de la palabra.¿Quién no se animaría a visitar una selección de cuadros de Goya? ¿quién renunciaría a asistir a una función de teatro de la mejor compañía dramática de España? o ¿quién se quedaría sin ver a los Luthiers si actuaran en O Salnés?

La comarca cuenta con unos salones excepcionales pero igualmente desaprovechados, Las programaciones actuales se centran en giras privadas o en actos que no cuestan dinero a las administraciones. Menudo mérito, eso sí, sin despreciar a nadie..

Tener infrautilizados un Auditorio de 800 plazas en Vilagarcía, el Salón García, otro de 400 en Ribadumia, otro en A Illa, decenas de centros cuturales desperdigados por las numerosas parroquias es algo que no se puede perdonar a ninguna administración. No están los tiempos para gastar solo en obras de mantenimiento. Las instalaciones están para utilizarlas y sacarles el mayor provecho.

Vilagarcía que durante años fue un polo de atracción cultural necesita recuperar esa vitalidad de antaño. No basta que en la programaicón se incluyan conciertos de villancicos, actuaciones de comparsas de carnaval o espectáculos de fin de curso. Una programación demasiado simple, hueca de más.

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