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¿Cómo que no es posible la gran coalición?

Nada hay más antidemocrático que proclamar a los cuatro vientos que un partido nunca se entenderá con otro. La quintaesencia de la democracia es la tolerancia y la admisión de que sobre la solución de un problema político siempre pueden existir distintos puntos de vista. También dentro de ese espíritu democrático, siempre hay que reconocer la posibilidad, por remota que nos parezca, de que el otro pueda tener razón. Los límites del entendimiento político están en la propia Constitución de cada país y por ello también es cierto que no es posible ningún entendimiento democrático con quien proclama que no acata la Constitución porque eso, en sí mismo, es negar los principios de la Democracia. Por el contrario es posible sin embargo el entendimiento democrático con aquellos que dicen que no están de acuerdo con la Constitución pero que desean emplear los mecanismos contemplados en ella para reformarla: esto es perfectamente lícito y democrático. En este sentido se puede decir que llegar a una coalición con tal o cual partido es poco probable a la vista de las posibilidades de conciliar sus programas de gobierno, pero no se puede ni se debe decir que no es posible. Siempre es posible, siempre.

Establecida esta premisa democrática básica analicemos otra. Los ciudadanos españoles eligen a sus representantes es las Cortes para que aseguren la gobernabilidad de España mediante la elección de un Presidente del Gobierno y para ello el mecanismo contemplado en la Constitución es lograr una mayoría absoluta parlamentaria compuesta por uno o varios grupos políticos. Esa mayoría absoluta es fácil cuando es un solo partido el que la detenta pero cuando esto no sucede, como es el caso actual, los grupos parlamentarios están obligados a conformar una coalición que garantice al menos durante un período razonable, la citada mayoría. ¿Cómo se logra eso? Pues sencillamente acercando programas: o sea si la mayoría son dos partidos y hay un programa A y otro B, pues la solución es A+B dividido entre dos. Si son tres y hay por tanto un programa C pues la solución es A+B+C dividido entre tres: así de sencillo y eso, en política, siempre es posible porque es simplemente falso afirmar que los programas de, por ejemplo, PP y PSOE están en las antípodas. Afirmar eso es una memez objetiva, si se analizan en este caso las trayectorias de los Gobiernos de uno y otro signo. A lo largo de la ya dilatada historia democrática de España se puede comprobar que tales bandazos no han existido, entre otras cosas porque la aplicación de los principios básicos de la Economía no lo permiten y si no, véase el ejemplo de los sucedido en Grecia con Syriza (es decir el Podemos de allá) que tuvo al final que aceptar las recetas económicas de las que abjuraba. Así pues nadie es elegido como miembro de las Cortes Generales para "echar" a nadie del poder, sino para intentar llevar adelante su programa de Gobierno pero cuando eso no es posible, por no tener la mayoría parlamentaria suficiente, la obligación es bien llegar a acuerdos o ir a nuevas elecciones, que es lo menos recomendable. Pongamos por ejemplo lo que mantiene el PSOE en el sentido de que su programa es incompatible con el del PP y como receta propia, entre otras, propone la reforma de la Constitución. Vale, pero para eso no le queda más remedio que llegar a un acuerdo con el PP ¿Entonces, donde queda esa afirmación de que no habrá pacto con el PP?

Declarar la imposibilidad de acercar posturas entre partidos equivaldría a decir que varios millones de electores españoles no se pueden entender entre sí y eso, además de falso, es muy perturbador de un clima de tolerancia y de armonía ciudadana que siempre ha de preservarse como el bien más precioso de una democracia. Cierto es que en un Gobierno de Coalición el programa ha de ser pactado y para lograr este fin es obligado y obligatorio intentarlo. Es decir, manifestar que "No es No" no puede ser más antidemocrático e irresponsable: por el contrario, se podría decir "nos hemos sentado y no hemos podido llegar a un entendimiento sobre un programa en común" pero nunca se debe de negar esta posibilidad antes de haberlo intentado en serio y empleándose a fondo. Allá cada uno con sus posturas y sobre su interpretación de lo que quieren los ciudadanos pero yo, como ciudadano, lo que quiero es que se intente un entendimiento mínimo para gobernar. Bloquear este intento no es sensato y estoy seguro que no es lo que los ciudadanos quieren. Es evidente que hay un grupo político que está diciendo que está dispuesto a esta negociación y a un gobierno o entendimiento entre los grupos: el PP y Mariano Rajoy. Parece que hay otro grupo que en principio parece tener una actitud positiva, que es Ciudadanos. ¿Y el PSOE? Yo creo que al menos debe de intentar la negociación con estos otros grupos antes de proclamar que "No es No". Pero allá cada uno con su conciencia. Yo entiendo que la política es ante todo la búsqueda de acuerdos y no la de desencuentros, la de buscar la armonía y no el caos; en definitiva buscar el progreso del bienestar de los ciudadanos a los que se representa. Pero por favor en esta situación tan difícil no generalicemos y no digamos en general que "los partidos políticos tiene que ponerse las pilas" y por el contrario distingamos quien se las pone, y a los hechos me remito, y quiénes no lo quieren hacer.

*Exsenador del PP y presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo

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