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Ceferino de Blas.

Una extraña invitación de boda

Las nostalgias navideñas pueden derivar en insospechados resultados.

A Pedro Megía, del comercio del mismo nombre, como se decía antaño, le ha llegado una tarjeta de invitación del "enlace" de sus padres con firmas de asistentes poco imaginables.

Una es la de Santiago Casares Quiroga, jefe del Gobierno español entre mayo y julio de 1936. Otra de Victoria Kent, que fuera directora general de Prisiones, y tan popular que era cantada en chotis y letras zarzueleras.

Hasta aquí todo parece encajar. Que Casares Quiroga acudiera a Vigo a la boda de unos familiares y que lo hiciera Victoria Kent, por alguna circunstancia vinculada a los contrayentes, es perfectamente verosímil.

Lo que resulta sorprendente es que el "enlace", como literalmente aparece en la tarjeta impresa en la "Tipografía J. Varela-Vigo", se haya celebrado el domingo, 19 de julio de 1936.

Como todo el mundo sabe, la antevíspera, el 17 de julio, Franco había comenzado el golpe de Estado, con lo que lo verosímil se vuelve inverosímil.

Con los modernas tecnologías hoy resulta inconcebible que los españoles no se enterasen de inmediato de lo que ocurría en Canarias y las plazas africanas, pero en Vigo durante más de un día llegó a negarse la realidad.

Lo atestigua una nota del alcalde accidental, Antonio Vidal Villas, emitida en la tarde del día 18 en la radio local y que aparece en los periódicos, al siguiente, en la que se decía que los rumores de rebelión militar son falsos. Y concluye: "Esta Alcaldía reitera al vecindario la seguridad completa de haber sido totalmente sofocado el criminal intento".

Pronto lo iban a desmentir los terribles acontecimientos de la Puerta del Sol, del lunes, día 19, cuando salen las tropas del comandante Felipe Sánchez a colocar el bando de guerra y abren fuego.

Pero este episodio solamente pudo transmitirse de boca en boca, porque los periódicos gallegos, por imperativo de la censura, dejaron de aparecer desde el día 20 hasta el 27 de julio.

¿Estuvieron el jefe del Gobierno y Victoria Kent el 19 de julio en Vigo?

El relato histórico refiere que Casares Quiroga, a quien se acusa de haberse negado a entregar armas al pueblo, se reunió con Azaña el día 17, ante las noticias del levantamiento, pero "incapaz de hacer frente a la sublevación", presentó su dimisión el 19. Se exiliará en Francia, a la caída de Cataluña, y muere en París en 1950. Victoria Kent ocupa diversos cargos en el exilio y fallece en Nueva York, en 1987.

Esa es la Historia con mayúscula, pero en la historia con minúscula, la que aparece en los medios surge un dato que introduce confusión. El 30 de julio, este periódico publica "un interesante relato de un automovilista vigués" que conducía mercancía para Madrid el lunes, día 20 de julio, y que fue obligado a regresar desde Guadarrama. Afirma que en Medina del Campo le confirmaron la muerte de Casares Quiroga por un teniente de la Guardia Civil.

Evidentemente era un bulo, pero ¿ por qué hablaban en Medina del Campo de la muerte del jefe del Gobierno? ¿Había estado allí con motivo de algún viaje?

Dejemos los jeroglíficos del pasado a los especialistas.

De los relatos paternos de lo ocurrido aquel día, Pedro Megía memoriza que los parientes llegados de Madrid para la boda, cuando intentaron salir no pudieron pasar de Redondela, y se quedaron durante toda la guerra en Vigo.

El cliente que le entregó la invitación del "enlace" de sus padres con las firmas, entre las que figura la de Juan Baliño, abogado, fundador del Celta, y secretario del Ayuntamiento de Vigo, la encontró entre los papeles de sus progenitores que también estuvieron en la boda.

Tal vez dentro de unas décadas será imposible hallar estas joyas del pasado, porque haya desaparecido el papel, y todo será virtual, estará en la "nube" o en las tripas de los inventos digitales. Entonces ninguna novela o película podrá comenzar con la aparición casual del documento que motiva la trama.

Actualmente todavía existen en los desvanes cajones y viejos arcones, llenos de papeles, legados de los antepasados, que nunca se revisaron. Cuando con tiempo y paciencia alguien los revuelve, por curiosidad o buscando un dato concreto, se tropieza con sorpresas que resultan curiosas o sorprendentes.

Suele acontecer en estas fechas propicias a la melancolía y a los recuerdos. Reencontrar añejas fotografías, que prueban antiguas relaciones, son una buena excusa para reanudar o recomponer amistades

Por azar o a la búsqueda de antiguos recuerdos, a veces aparecen inopinados testimonios, tan misteriosos como el recordatorio de la boda de Pedro Mejía y Amalia Suárez, el domingo, 19 de julio de 1936, en el Hotel Moderno de Vigo.

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