Decía Charles Fourier, padre de aquel socialismo utópico -ahora todos son tópicos y cómo- que la burguesía "empieza lanzando un montón de mentiras en su tienda en virtud de los principios del libre mercado. Luego el burgués se va a oír misa y vuelve a soltar de tres a cuatrocientas mentiras, a engañar y robar a una treintena de compradores en virtud del principio secreto de los comerciantes: no trabajamos para la gloria, necesitamos dinero". Menudo tipo humano pinta Fourier como vanguardia de la sociedad moderna.
La psicología al día sostiene que el uno por ciento de la población corresponde a psicópatas aparentemente sanos. Ese porcentaje se multiplica por cinco si se trata de políticos o empresarios. ¿Qué es un psicópata?
Vicente Garrido, profesor de la Universidad de Valencia, afirma que un psicópata es "alguien con una personalidad peculiar donde domina la ausencia de emociones morales como la empatía, la culpa o el sentido de la justicia; un gran narcisista con capacidad para la mentira y propensión para la explotación del otro y con poco miedo ante el castigo". Conclusión: Fourier era un genio.
En todo caso, tras dos siglos de emprendedores desalmados, ha llegado un tiempo auroral, opuesto a ese negro pasado como se ve en la extraordinaria generosidad de los grandes líderes mundiales, mostrada abrumadoramente en los últimos meses: hay quien ha donado el 99 por ciento de su fortuna. Los psicópatas, aún dominantes, pronto serán mala memoria ¡por ineficientes en los nuevos escenarios!
