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Sólo será un minuto

Canciones de amor y odio

Mario: "Una prueba irrefutable de que los años no perdonan es tu reacción instintiva ante determinado tipo de música. No me importa reconocer que en mi adolescencia yo era adicto a las canciones de amor, sobre todo las que hablan de historias imposibles y mujeres inalcanzables. En fin, no sé quién dijo que la razón por la que ese tipo de música tiene tanto éxito generación tras generación es porque todas las historias de amor se parecen (los que aspiren a sentirse originales en ese campo mejor que vayan asimilándolo) y tarde o temprano esas estrofas casi siempre cursis acaban hablando de ti.

Bueno, el caso es que una vez superada la edad del pavo aún tuve una década más en la que las canciones de amor me seguían lanzando mensajes personales, aunque en esos tiempos mis preferidas eran las de desamor. Había dejado atrás la fase de encuentros difíciles en los que las chicas no me hacían maldito caso y, gracias a un cambio físico que me benefició y me proporcionó cierta seguridad en mí mismo, además de las ventajas de tener un trabajo bien remunerado, logré pertrechos suficientes para poder entablar relaciones con mujeres ciertamente atractivas que me prestaban atención. Y entonces llegaron las tormentas de desamor porque, ignoro por qué, mi brújula me conducía de manera irremediable a personas con las que, tarde o temprano, terminaba chocando, y entonces una especie de confabulación musical de extensión universal hacía que todas las canciones que llegaban a mis oídos en lugars público o en cuanto encendía la radio fueran de corazones rotos y demás milongas.

Superé ese momento con el paso de los años y el peso de los daños, pero con secuelas indelebles: no soporto las canciones de amor y vómito con las de desamor. Me da igual que sean buenas, malas o regulares, que salgan de la garganta de un cantautor poético o de los gorgoritos de un guaperas de moda, que tengan estribillos trabajados o directamente cursis, que sean clásicos o éxitos efímeros. Las odio con toda mi alma y no quiero tenerlas cerca de mí, no vayan a recordarme con aspereza el tiempo en que buscaba dulzura".

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