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Antonio Touriño

El timón

Antonio Touriño

Paradojas de la política

Otra oportunidad ha perdido el gobierno progresista de Vilagarcía de demostrar tal talante en los días en que la protección de los derechos ciudadanos y políticos son motivo de celebración. El gobierno local ha soslayado un acto tan importante como el Día Internacional de los Derechos del Niño, el pasado 20 de noviembre, en el que siempre se invitaba a los escolares a convertirse en concejales por un día. El motivo alegado, el alto coste del bus para desplazar a los chiquillos hasta Ravella.

Pasó luego también sin pena ni gloria el Día de la Constitución Española (CE), quizás porque era domingo y no había donde comprar unas flores para colocar ante su monumento, inaugurado en 2003 por el alcalde socialista, Javier Gago.

Y otra vez ayer. El 10 de diciembre vuelve a pasar de largo sin que haya habido la más mínima mención, ni siquiera en la web municipal -que, por cierto no sale barata a los ciudadanos- a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), cuyo artículo 19 convendría que algunos consultasen, igual que el 18 de la CE.

Mientras tanto, en las calles de Vilagarcía siguen apareciendo menciones a anteriores regímenes, tan denostados por los políticos que hoy gobiernan en la ciudad.

Quizás habrá que recordar a algunos que todavía existen placas con el escudo falangista en plena plaza de España. Pero también que el tan discutido Obelisco con reloj que se arrancó precisamente de la plaza de la Constitución fue encargado justo en la etapa de Primo de Rivera, allá por 1928. Paradójico.

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