El asunto no es cosa de broma. Hay que tener en cuenta que en el gobierno buenense hay dos intensos y férreos credos de color rojiblanco: Félix Juncal y su Atlético de Madrid y la del sector nacionalista asturiano en el BNG, representada por Fidel Castro y el Spórting de Gijón. Nos imaginamos los tremendos gritos del uno y del otro después del gol de Griezmann en el descuento y los whatsapps que se enviarían a continuación. Ayer los gritos eran los de siempre y por lo de siempre. O sea, la vida, a pesar del fútbol, sigue igual.
Tengamos las fiestas en paz
Vale que las fiestas son para pasarlo bien, y si son las patronales de Moaña y Bueu, con las castañas y el vino nuevo, con más motivo. Pero una cosa es compartir una taza, o dos, o tres si luego no hay que conducir y otra bien distinta atiborrarse a ellas cuando hay que echarse al volante y poner en juego vidas propias y ajenas. Así que mucho sentidiño, porque además me cuentan que la Benemérita ha puesto a punto sus etilómetros para hacer soplar a diestro y siniestro a quienes pasen por los lugares estratégicos, muy bien estudiados. Si todos cumplimos, tendremos las fiestas en paz.
