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Unos que echan por fuera y otros que desprenden un cheiro...

Por una vez el ya característico tufo que se puede oler, o más bien sufrir, en el centro de Cangas no tenía nada que ver con vertidos o restos en la dársena. Muchos de los que ayer por la mañana disfrutaban de las terrazas y del sol del inicio del otoño quedaron bien perfumados por el camión que tuvo la idea de cruzar el centro del municipio con una carga de lodos de la depuradora. Unos dejan aroma de eau de toilette y otros directamente echan por fuera. Es lo que le pasó el martes a un camión en la zona de la calle David Cal. Tanto le habían llenado el depósito que al subir una cuesta el depósito empezó a perder combustible. ¡Un tanque lleno como para ir al fin del mundo!

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