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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La reflexión

Ahora mismo, tras la primera digestión, la peor de las reacciones que podría activar la Xunta ante la enorme manifestación reclamando otro modelo de gestión para el nuevo Hospital de Vigo, sería la que le sugieren varios de sus asesores, áulicos o no. Y que, resumida, consiste en declarar que ésa -Vigo- es una ciudad "rara", extraña, y sus habitantes un conjunto de almas maleables e insatisfechas cuya vocación no es otra que protestar.

Se dice lo de peor reacción de las posibles porque sería más que mala, aunque en absoluto nueva. Echando la vista atrás -ma non troppo- cumple recordar otras movilizaciones -en defensa de la caja o en contra de una empacadora de residuos, por citar dos diferentes- en las que el denominador común fue doble; los gobiernos de entonces hablaron de manipulación sectaria y prescindieron de cualquier otra reflexión.

Tampoco esta vez esas respuesta serían lógicas. A pesar de que las cifras cambian según quien las cuenta, nadie discute que allí hubo -en la calle- muchas decenas de miles de personas. Y, segundo, que esa asisstencia no permite ser despachada como un conjunto de gente aborregada llevada a golpe de autobús, bocadillo y arengas. O insistiendo en el estúpido mensaje de la "rara ciudad poblada por inconformistas que solo saben decir no".

Así las cosas, parece llegada la hora de plantear en serio que no es una ciudad la que genera problemas, sino que los crea el hecho de que la Xunta -ésta y otras- no la entiende ni sabe cómo tratarla. Ni se molesta mucho en lograrlo, acaso porque resulte más cómodo responder que con la construcción del centro ya es bastante y cómo se gestione no importa ni merece una explicación.

La reflexión que se reclama habría quizá evitado, el 24-M, sino la derrota desde luego el descalabro de un partido que siempre fue el más votado allí y ahora apenas existe. Porque no solo no supo explicar lo que no hizo sino, lo que hizo; ni tampoco acierta a admitir sus errores, entre ellos el de tratar a la conurnación olívica distinto y peor que a otras. Algo que puede que no guste y se atribuya a la monserga del localismo, pero que es medible

El caso del nuevo Hospital de Vigo, necesario y muy reclamado, es significativo. Se trata del primer centro de Galicia con gestión privada y eso, -aunque se garantiza la atención pública- suscita dudas y recelos. Excitados desde una posición partidista y manipuladora del PSOE y sus coros -algunos llegan a la indecencia y a la histeria al provocar la alarma social exigiendo una evacuación general con falsos pretextos- pero esos son gajes de la política que se practica aquí, y solo se curan con buena pedagogía.

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