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El meollo

Cuentas claras

El meollo de la cuestión está en imaginar que es lo que ha pensado, pero no ha dicho, ni dirá nunca Xavier Vence, portavoz del BNG, tras poner el grito en el cielo por los viajes de Núñez Feijóo a Sudamérica dejando Galicia al cuidado de Alfonso Rueda, y enterarse después que el alcalde de Pontevedra hace lo propio a cuenta del modelo de ciudad, con dinero salido de su caja opaca, que cada año se llena religiosamente con dinero de todos los pontevedreses. Y este año 2015, más que nunca, porque hay elecciones municipales.

Más le habría valido al lider nacionalista estarse calladito, por más que Fernández Lores disponga de patente de corso para hacer lo que quiera, en su condición de verso suelto del BNG.

Lo peor del asuntillo de los viajes nada gratuitos de Lores y acompañantes que han destapado primero Jacobo Moreira y luego Faro no ha sido, ni es el gasto propiamente dicho, que también, sino la sarta de medias verdades, engaños y mentiras, que han rodeado al asunto en cuestión. Lo reflejaba muy bien el otro día en este periódico mi colega Mario Pazos en El Trastero al poner el pastel al descubierto.

Todos esos embustes, en definitiva, que tan caros pagan los políticos en los países más democráticos del mundo, se consideran por estos pagos una suerte de mentiras piadosas que, al fin y a la postre, salen muy baratas. A los hechos me remito, un día tras otro.

En Román paladín, el genuino refrán dice que "quien mucho habla, mucho miente, porque el mucho hablar y el mentir son parientes". El dicho popular, que tiene no poco de cierto, es muy anterior a Lores. Por tanto no ha surgido bajo su inspiración, aunque fácilmente podría haber ocurrido tal cosa.

La caja de caudales que maneja Lores con tanta ligereza a través de esos inquietantes sellos de "autorizado y conforme; RR PP comunicación" que aparecen en las facturas de sus viajes, no es que tenga doble fondo, aunque resulte de libre disposición. A pesar de esa condición, también está sujeta a control y fiscalización. Por tanto, tiene que rendir cuentas a los pontevedreses, puesto no se trata de fondos reservados, ni mucho menos, aunque se manejen como tales.

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