La imagen realizada por el grabador Juan Bernabé Palomino se convirtió en la iconografía oficial del Padre Feijoo para la orden benedictina. Aparece en 1734 en la anteportada del tomo VI del Teatro cuando la fama del ensayista ya era grande y pocos conocían su rostro. En aquella época se generalizó la introducción del retrato del autor como ilustración del libro. Se podían producir de manera casi industrial y vender.