La actuación de la selección española en el Mundial de Brasil, donde la campeona del mundo fue eliminada en la primera ronda y saldó su actuación con una única victoria ante Australia, no ha mermado la credibilidad de Vicente del Bosque, que sigue contando con la confianza de Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española, que mantiene la postura, firme, de mantener al salmantino en su puesto.

El seleccionador y su segundo, Toni Grande, se reunieron ayer en Las Rozas, en la sede de la RFEF, se supone que con algún dirigente federativo. Sobre la mesa estaba la continuidad o no del seleccionador más laureado de la historia de España, que deberá decidir si encabeza o no la renovación generacional que parece necesitar el combinado nacional.

Del Bosque firmó su renovación hasta la Eurocopa de 2016 y está llamado a liderar el relevo generacional de La Roja. Villar quiere que sea él el que marque las pautas de lo que debe ser un proceso de relevo y continuidad de su proyecto a partir de julio de 2016.

Con este mensaje claro de la Federación, la decisión está ahora en manos del propio seleccionador. Aunque siempre dijo que no le gustaría aferrarse al cargo y pese a la decepción por la actuación de algunos jugadores durante el campeonato en Brasil, el técnico podría apostar por su continuidad. Dará su respuesta en los próximos días. En caso de no continuar, la confianza de Villar en él es tal que podría incluso ofrecerle el puesto de director deportivo para comandar la búsqueda de un nuevo seleccionador.

Lo que quedó patente en muchos jugadores es el propósito de enmienda. Sergio Ramos colgó ayer un mensaje en una red social dedicado a la afición. "Volveremos más fuertes", decía el madridista. Declaración de intenciones más que clara. También Iniesta manifestó que "volveremos a poner a la selección donde se merece". Falta saber si será finalmente Del Bosque el que volverá a liderar a un bloque que necesita con urgencia recuperar su identidad.