No hay un mañana estomagante escrito. Solamente existe campo para la incertidumbre si no se acometen las medidas necesarias. El futuro de la Roja debe ser esperanzador. Para ello basta reflexionar sobre la necesidad de ir introduciendo novedades en la alineación y fomentando las posibilidades de jugadores de las selecciones inferiores que tantos triunfos han cosechado desde hace años. La generación que ha ganado dos Eurocopas y un Mundial tiene sucesores. El próximo seleccionador o el propio Vicente del Bosque, si aboga por la renovación y prescinde de sus compromisos morales con quienes lo llevaron a los éxitos precedentes, tiene cantera sobrada para ir componiendo equipo con aspiraciones.

Las derrotas tienen siempre un primer culpable, que en este caso es el seleccionador. Del Bosque tiene contrato para dos años más, pero en él existe el deseo de abandonar el banquillo y pasar a ocupar sillón en despacho federativo, compromiso que existe. Del Bosque, que cuenta con los deseos federativos, aguantará hasta que exista consenso para su relevo. Hasta tanto llegue el sucesor, el técnico salmantino está obligado a crear una herencia que sea casi tan excelente como la que le dejó Luis Aragonés.

La primera medida del seleccionador ha de consistir en seguir dando más oportunidades. Ya avisó con Iturraspe, Alberto Moreno y Deulofeu. La nómina de futuribles es más extensa de lo que en principio, en horas de modorra tras el palo mundialista, se pueda pensar.

En la actual selección quedan jugadores con juventud suficiente para seguir unos años. En ellos deberán estar Sergio Ramos, Azpilicueta, Jordi Alba, Juan Mata, Pedro Rodríguez y alguno más como Iniesta y Silva, aunque les quede menos recorrido. Por supuesto que no se puede prescindir de Jesús Navas. El porvenir está en futbolistas como Jesé, fatalmente lesionado cuando corría hacia la cumbre, Isco, Carvajal, Nacho e Illarramendi por parte madridista. El Barça tiene en la recámara a Montoya, Bartra, Muniesa, Tello, Deulofeu y Sergi Roberto, además de otros futbolistas que apuntan alto aunque siguen en el B. El Valencia tiene en sus filas a Bernat y Alcácer y el Atlético, que ya a aportado a Koke, tiene en la recámara a Gabi, Manquillo y Oliver Torres. No es descartable cupo de la Real Sociedad con Iñigo Martínez a la cabeza. La portería tiene futuro con De Gea y en el exilio está Thiago, que no ha podido viajar a Brasil a causa de la lesión que padeció en vísperas.

Contra Australia, último partido mundialista, el seleccionador está moralmente obligado a introducir los cambios a los que no se atrevió contra Chile. Para un partido intrascendente en la clasificación quienes han participado en la preparación y han soportado el dolor del banquillo, deben tener sus pocos minutos, que en este caso no son de gloria.