Así pues, y por más que se le quieran buscar tres pies al gato, hay poco que discutir sobre la razón que asiste al Gobierno gallego en su aviso de que llevará al central a a los tribunales en el caso de que incumpla sus compromisos de financiación autonómica. Un incumplimiento que está en la línea de actuación del equipo de Zapatero, aunque se pretenda maquillar con otro impago sólo que en dirección contraria.

Esa réplica -de Elena Salgado- se sostiene mal, la verdad. En síntesis, la vicepresidenta aduce que no abonará lo que corresponde a las finanzas gallegas para así cobrarse la deuda que, según las cuentas estatales, arrojan las autonómicas. Lo que, incluso si fuera exacto, sentaría un precedente arriesgado: daría pie, por ejemplo, a que los miles de pymes a las que el Estado les debe dinero, se negasen a pagar impuestos hasta que la cuenta de Hacienda quedase saldada.

Con semejante panorama -al que podría añadirse la confusión creada con la emisión de deuda autonómica después de descubierto el apaño de los presidentes Zapatero y Más-, en cualquier país se hablaría, sino de trampas, al menos de trucos. Y -además- de mal pagador, sobre todo del Gobierno central; baste recordar su relación de débitos en asuntos claves como la Ley de Dependencia, el "cuarto pilar del Bienestar". Y se podría añadir un catálogo muy voluminoso con otros casos.

Reconocido pues -como opinión, claro, que los dogmas están en el catecismo- el peso notable del argumentario de la Xunta, cosa distinta será que su estrategia de choque permanente y múltiple con Madrid pueda ser útil o inconveniente. Porque no siempre reclamarlo todo sin tregua, y aún con motivo, es modo inteligente para obtener éxito, de forma especial cuando se confronta con auténticos especialistas en trucos.

En ese sentido puede tener razón el portavoz del PSOE en Galicia, don Manuel Vázquez, cuando crítica el "método Feijóo". Lo curioso es que no niega la mayor -o sea, que Hacienda no cumple con Galicia-, sino que denuncia que se practique la protesta "victimista", adjetivo éste que, curiosamente, le endosaron a él cuando los líos de la fusión de las Cajas.

(Hablando de curiosidades habría que citar otra: tras calificar, el líder socialista, como "un desastre de presidente" al de la Xunta por las cifras del paro en Galicia, ¿alguien imagina lo que diría del titular del Gobierno central si don Manuel estuviese en otro partido? Y es que tener cuidado con la boca es tan saludable...

¿No...?