Como Moisés separando las aguas del Mar Rojo

¿A que la cabalgata estuvo bien?... Sí que fue bonita... Y cuántos, cuántos éramos. ...Del ratito de tres horas sin lluvia me encargué yo... Alcaldiós dixit.

Y uno se lo imagina a primera hora de la tarde del día de autos en la terraza más alta del Concello, sólo, con los brazos en alto y el bastón de mando en su mano derecha, deteniendo a las amenazantes nubes del Atlántico cargadas de lluvia, igual que hizo Moisés para dividir las aguas del mar Rojo y crear un sendero seco para facilitar el paso de los hebreos. Todo muy bíblico...

Carteles colocados en las farolas y a media altura...

Y es que además de parar la lluvia o lo que se tercie, eso de ser alcaldiós supone, por ejemplo, que uno es omnipresente. De ahí la profusión de carteles por toda la ciudad y más concretamente en las farolas centrales de la avenida Portanet, colocados a media altura como los electorales o los de los circos cuando nos visitan.

De una acera abandonada en plan montaña rusa

Se acercan las elecciones y los políticos con mando en plaza activan eso que se llama plan de obras de rentabilidad inmediata.

Por eso los vecinos de la zona quieren que nuestro alcaldios o el apóstol en quien delegue se pegue un garbeo por la acera de la calle Gregorio Espino en dirección a la estación de autobuses para comprobar su lamentable estado, aunque seguro que ya lo saben.

Tantos años sin reparaciones ni mantenimiento la han convertido en una especie de montaña rusa. Y está también el permanente estado de suciedad y abandono de la plaza de las Palmeras, aunque parece que ahí hay lío de competencias...