He tenido oportunidad de escuchar la controversia sobre si Obama es negro, es "de color", o, sencillamente, es mestizo... Casi como cualquier otro humano, en todo caso. Pero no hay duda, en todo caso, de que los de su color jamás habían llegado a ocupar la Casa Blanca y el Despacho Oval y nunca antes han estado al frente del país con más recursos y mayor poder.

Obama ya es presidente electo, aunque deberán pagar más de dos meses aún para que ejerza en plenitud. De momento, sólo inspira confianza y la esperanza de que las cosas cambiarán a mejor en su país y en el mundo. Porque ésa es otra "atribución delegada" o complementaria del presidente de Estados Unidos; que el "nuevo emperador" ha sido acogido con mayor o menor esperanza y satisfacción por los líderes de todo el mundo.

En el caso de nuestro país, no hay duda de que en el Palacio de la Moncloa se confiaba en que el resultado de las elecciones norteamericanas fuera el que finalmente ha sido. Se espera mucho de Obama y de que empiece a cambiar las cosas, y se espera mucho más que se retire una administración que para muchos españoles ha sido notoriamente nefasta.

Desde el Gobierno español, Zapatero envió al presidente electo su felicitación y el deseo de una relación efectiva, ofreciéndose como amigo y aliado. Zapatero confía en poder felicitar en persona al presidente electo de los Estados Unidos, y sobre todo, tiene la confianza de llegar a un tipo de relación y de entendimiento que no fue posible con George Bush, por dos episodios que han marcado la relación diplomática entre España y Estados Unidos en los últimos cinco años: La retirada de tropas españolas del Irak invadido, y el episodio en el que el presidente Zapatero no se levantó al paso de la bandera norteamericana en el desfile militar del 12 de octubre en Madrid.

Una zona de la oposición ha recordado estos dos hechos como representativos de un antiamericanismo y de una hostilidad que Zapatero niega sistemáticamente. España confía, por todo ello, que dé comienzo una nueva fase y una etapa más feliz en las relaciones Madrid-Washington. Se confía incluso en un giro radical en esa relación, tras esta oferta de amistad y fidelidad a Omaba.

El presidente español confía en llegar a trabajar en contacto con Washington en unas cuantas materias esenciales: contra el terrorismo, en favor del desarrollo en los países latinoamericanos y en África, y por la paz en Oriente Medio. Ha aprovechado, asimismo, el presidente Zapatero para elogiar la formidable disposición del candidato derrotado McCain de arrimar el hombro para ayudar a su contrincante vencedor a resolver los problemas financieros del país. Posiblemente Zapatero estaba pensando en la muy escasa disposición de la oposición española a adoptar una posición semejante...

No cabe duda, en todo caso, que en la Moncloa se confía en que se produzca un "deshielo" con la Casa Blanca, que fue intentado en vano en repetidas ocasiones, con mensajes e invitaciones a Condoleeza Rice y mediante la utilización de la amistad del Rey don Juan Carlos con el hasta ahora presidente Bush. Hasta ahora, todo fue en vano. Ahora se confía en que con Obama todo resulte más fácil y España recupere la amistad perdida.