Las elecciones han sido en Estados Unidos, pero en realidad todos las hemos sentido como nuestras porque lo que sucede allí afecta al resto del mundo. De manera que en Europa se ha vivido intensamente la campaña electoral, y en nuestro país en particular, y no ha habido tertulia radiofónica o televisva en que no se hayan decantado partidarios de Obama o de MC Cain.

Hoy, y sin duda en los próximos días, el protagonista absoluto es Obama. A mi alrededor las conversaciones giran en torno al que ya es de "facto" el nuevo presidente de Estados Unidos, por más que hasta enero George W. Bush continue en la Casa Blanca.

Confieso que tengo un sentimiento ambivalante respecto a Barack Obama; por una parte creo que su llegada a la Casa Blanca va a suponer un cambio positivo al menos en lo que a la política exterior norteamericana se refiere, pero por otra también me pregunto cuánto hay de verdad en Obama. Me explico, por ejemplo me ha impresionado que en los últimos días haya decidido "despedir" de su caravana electoral a los periodistas críticos con él, a los que pertenecían a medios que apoyaban a Mc Cain. Y mucho más me ha impresionado su dureza a la hora de tratar a su tía keniata que se encuentra ilegal en Estados Unidos desde hace un tiempo, a la que nunca ha tendido la mano para ayudarla, y sobre la que ha dicho que si la tienen que expulsar, por no tener los papeles en regla, pues que la expulsen.

En estos dos gestos afloran aspectos de la personalidad de Obama que resultan inquietantes. Pero no me hagan caso, supongo que es por sacarle punta a algo, porque el nuevo presidente de Estados Unidos tiene un montón de valores que son por los que los estadounidenses han votado. Yo confieso que hubiese preferido a Hillary Clinton como presidenta, pero como no ha podido ser, al menos me parece una noticia excelente que Obama haya logrado que los republicanos vuelvan a sus cuarteles de invierno, y sobre todo haya puesto punto final a la era Bush, la mas nefasta en la historia reciente de Estados Unidos. Porque todo hay que decirlo, lo mejor de las elecciones norteamericanas es que han supuesto el fin del mandato de Bush, un político sin ninguna cualidad para gobernar, de una simpleza que asusta, y que ha metido no solo a su país sino al mundo entero en una espiral bélica que ha supuesto que el mundo sea hoy más inseguro de lo que lo era. También durante el mandato Bush el capitalismo ha mostrado su peor cara, y que ha provocado una crisis financiera y económica de alcance mundial.

De manera que la mejor noticia de estas elecciones en Norteamérica no es solo que ha ganado Obama, sino que se va George Bush, que realmente ha supuesto un auténtico peligro público mundial.

Pero volvamos a lo positivo y es al enorme caudal de esperanza con que Obama llegará la Casa Blanca, porque hay millones de personas, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, que esperan con ilusión un cambio profundo en la política norteamericana. Ojalá Obama no defraude a todos esos millones de personas que confíamos en él.