Hay tonterías que cunden mucho. Una de ellas, la de Alberto Ruiz Gallardón cuando dijo sentirse un verso suelto dentro del PP. Y eso ha hecho que ahora, Esperanza Aguirre, que quizá desee ser Gallardón, conteste al alcalde madrileño con la misma metáfora, proclamando que desde que Rajoy no la escucha el verso suelto es ella. Seguramente, lo que sintió Gallardón fue un verso fuera de contexto o uno de esos versos significativos en la obra total que es el poema y que sirven por separado para una cita a modo de referencia. En cualquier caso, ambos han tomado al PP por un poema, es decir, por una obra de arte. Pero hay poemas líricos y poemas épicos y, de ser el PP un poema, supongo que tanto don Alberto como doña Esperanza coincidirán en que su partido está más en la épica que en la lírica. Ahora bien, si tienen al PP por un poema, no creo que lo tengan por un buen poema. Ningún buen poema tiene un verso suelto, es decir, disgregado, poco compacto, separado. Y si los ha tenido en el inicio torpe del poeta han pasado a la papelera en el proceso de creación y gracias a eso el poema ha dado un resultado feliz. No creo que haya sido esa la suerte de Gallardón, verso integrado en el poema de Rajoy, pero sí la de Esperanza Aguirre, que si es un verso suelto es el verso malo de una elegía no lograda. Pero yo creía que lo del verso suelto era una ocurrencia del letraherido Gallardón y va su segundo y nos aclara que se trata de una "frase urbana". Yo no he oído semejante cosa en la calle, pero el diccionario me recuerda que coloquialmente la palabra poema se usa también para denominar a lo que, "debido a su carácter rídiculo, excesivo o inapropiado resulta fuera de lo que se considera común". No sé si el PP es un poema o si estaba o está hecho un poema en ese sentido coloquial que recoge el diccionario.

PD.- Quizá los negocios no le permitan ahora a José María Aznar dedicarse a las lecturas poéticas que en otro tiempo le tenían y de las que dejaba prestigiosa constancia. Tal vez una lectura más detenida de Luis Cernuda, tantas veces citado por él, lo ha llevado a apreciar las contradicciones y le ha advertido de los peligros que encierra la poesía. Pero él sí que no se siente un verso suelto, más bien parece sentirse en sí mismo un poema. Es pródigo en palabras y en sentencias y a todos los versos sueltos del PP les envió el sábado un mensaje de alerta. Al día siguiente se declaró mudo ante la prensa, pero no dijo por cuánto tiempo. Bien es verdad que la venganza es silenciosa y se anuncia muy bien en algunas falsas sonrisas que son muecas. Hay una poesía que por su economía verbal, entre otras cosas, es llamada poesía del silencio. No creo que Aznar vuelva a la poesía por ese camino, pero tampoco volverá a la política. No vuelve porque nunca se ha ido. Y no se ha ido porque la vigilia ideológica favorece mucho las ganancias. Sin embargo, cosa bien distinta es dejar las ganancias para volver a la política.