se nota el cambio...

Se empiezan a notar los cambios. La prensa ya espera -sentada- fuera del recinto de la Alcaldía y tenemos nueva sala de comparecencias a lo Moncloa, con atril y todo. Falta saber si los de la canalla tienen que esperar de pie o se ponen cuando llega el alcalde, igual que hacen los yankis con su presidente, al que anuncia un spiker.

Son los nuevos tiempos que recuerdan a los viejos de la época Soto, que ya parecían definitivamente superados, cuando a la planta primera sólo se accedía con llave desde el ascensor y unos cortinones tapaban la visión del área de Alcaldía, a la que se accedía cuando desde el interior un ordenanza, previa autorización, accionaba el botón. Como en los bancos para evitar los atracos...

Falta ahora solucionar otro asunto pendiente

Falta ahora por solucionar otro asunto pendiente: lo del coche oficial.

El modelo, con ser bueno, pues suele ser el más alto de la gama PSA, fruto de un convenio con la Citroën, no parece que se ajuste mucho al perfil.

Hace falta que en fábrica se piense en algo más específico, a la altura del rango, de un diseño extraordinario. Una especie de Abelcar al estilo del Papamóvil o algo así.

Y para los días soleados, negociar con el Vaticano la cesión de la silla gestatoria, ahora que los Papas ya no se pasean en ella...

Y hoy, Sanisidro...

Vayamos con lo importante. El movimiento vecinal gallego celebra hoy el día de San Isidro Barreiro, todo un santo de izquierdas, un viejo luchador de las tierras de Valladares, un sabio de la cosa vecinal que dicen que se retira pero no es del todo cierto...