Con una huelga "masiva", los ferroviarios franceses echaron ayer a Emmanuel Macron el primero de una larga serie de pulsos para intentar que dé marcha atrás en sus ambiciosas reformas para el sector. En total, hay convocadas 36 jornadas de paro en menos de tres meses. Millones de personas se vieron afectadas por la de ayer, pese a que la dirección de la compañía estatal de ferrocarriles (SNCF) se afanó en destacar que apenas uno de cada tres de sus trabajadores participó (un 33,9%).

Sin embargo, más tarde tuvo que reconocer que el seguimiento fue del 48% entre los empleados imprescindibles para que los trenes circulen, y del 77 % entre los conductores. De hecho, en la práctica la SNCF solo pudo mantener uno de cada ocho trenes de alta velocidad (TGV), el mismo porcentaje en los otros convoyes de largo recorrido, una quinta parte en los regionales y cercanías, y tres cuartas partes de los internacionales.

Entre los trenes internacionales se suprimieron todos los que conectan con España, que unen Barcelona con París, Lyon y Toulouse, así como las conexiones con Italia y Suiza.

La situación volverá a repetirse de forma casi idéntica hoy en la segunda jornada de paro convocada por los cuatro grandes sindicatos de la empresa, que se van a suceder hasta finales de junio a un ritmo de dos días de paro consecutivos cada cinco días. Un escenario con el que las centrales esperan hacer doblegar al Gobierno, que por boca de su primer ministro, Edouard Philippe, defendió una "reforma ambiciosa" frente a un "statu quo que no es aceptable" porque cada año la compañía absorbe 14.000 millones de euros de dinero público. Una inyección -dijo- que no evita que su deuda se incremente en 3.000 millones de euros al año (casi 47.000 millones al terminar 2017) y que "la calidad del servicio público se deteriore", informa la agencia "Efe".

Paralelamente a la huelga, varios miles de personas participaron en una manifestación en París a la que se unieron otros colectivos descontentos con la política de reformas de Macron, como trabajadores de la recogida de basuras, del sector energético y estudiantes.

Sin relación directa con la de los ferrocarriles, otra huelga contribuyó ayer a perturbar todavía más el transporte público en Francia. La cuarta jornada de paros en Air France en un mes obligo a la aerolínea a cancelar un 25% de los vuelos programados.

Ante esta situación, la dirección de Air France convocó a los representantes sindicales a dos reuniones, hoy y mañana. Un portavoz de la aerolínea francesa explicó que el encuentro de hoy se celebrará con la intersindical que ha organizado esas cuatro jornadas de paros y que ya ha anunciado su intención de hacer otros tres los días 7, 10 y 11 de este mes de abril.