El FBI admite que no se siguieron los protocolos adecuados tras un aviso recibido a principios de enero que ya alertaba del potencial riesgo de Nikolas Cruz, el joven detenido por asesinar a 17 personas el miércoles en un instituto de secundaria de Parkland (Florida).

El 5 de enero, "una persona cercana a Nikolas Cruz" contactó con la agencia federal de seguridad para expresar sus "preocupaciones" sobre el joven. Así, informó de que estaba en posesión de armas, mantenía un "comportamiento errático", había expresado su "deseo de matar a gente" y había publicado mensajes "preocupantes" en redes sociales.

El mensaje incluso aludía a que Cruz podía llevar a cabo un tiroteo en un centro educativo, como finalmente ocurrió el miércoles, según un comunicado difundido por el FBI.

Los protocolos establecen que este aviso debería haberse analizado "como una amenaza potencial para la vida" y, por lo tanto, la Línea de Acceso Público de la agencia debería haberlo notificado a las oficinas en Miami. Sin embargo, "en ese momento no se investigó más" sobre el caso.